05/06/2019 - 09:16
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El batacazo en las urnas de Podemos sigue pasando factura, y desde entonces, la tensión ha ido creciendo. Pasando por la fragmentación de la formación a lo largo y ancho de toda España, y llegar ahora a fulminar a Pablo Echenique de su puesto.
Como decimos, el líder del partido, Pablo Iglesias, ha apartado de sus cargos al número tres de la secretaría de Organización para aplacar a un sector crítico cada vez más agitado y con más fuerza.
La versión oficial
Desde el partido explican que Echenique pasará a encargarse ahora de una comisión de negociación de pactos con el PSOE. De esta manera, el político no podrá compaginar ambos cargos. «Las tareas principales de Podemos en los próximas semanas y meses serán la Acción de Gobierno y la Acción Institucional de los parlamentos autonómicos y ayuntamientos y, como han dejado ver los resultados de las elecciones del 26-M, fortalecer el trabajo sobre los territorios y los círculos a través de la Secretaría de Organización. No es realista que ambas tareas pueda ocuparlas una misma persona», defienden fuentes de la dirección nacional. Como consecuencia de todo esto, el número tres de Podemos se convierte así en el primer perjudicado por los desequilibrios internos y los malos resultados.
Para echar más leña al fuego, el ex secretario regional de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, baticinó el final de Iglesias y de su núcleo duro. Ahora, con el fulminante relevo de Echenique, Iglesias gana tiempo y desvía la atención de los líderes regionales más disonantes.
La hora de hacer balance
Para poner orden en la formación, Podemos celebra este sábado un Consejo Ciudadano Estatal (CCE), máximo órgano, aunque sin poder decisorio. El objetivo es para los resultados electorales de los comicios autonómicos, municipales y europeos. Además de determinar la estrategia de pactos con el Partido Socialista.
En el mismo lugar, Iglesias se tendrá que ver las caras con los dirigentes regionales más críticos con su gestión. Ahora, la destitución de Echenique es una carta que jugar ante los reproches, puesto que éste estuvo en el equipo de campaña. No obstante, el secretario general tendrá que enfrentarse a los líderes regionales de Asturias, Aragón y Andalucía, que acudirán al sanedrín para denunciar el centralismo del partido y exigir más peso para las regiones.
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