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El sector energético se enfrenta a un momento extremadamente desfavorable. El adelanto de las elecciones ha generado una gran preocupación y ha paralizado las actividades planificadas en el sector y en las políticas energéticas. La transición energética continúa, pero la falta de dirección y tiempo limitado para restablecer el orden implica que este año, 2023, podría sufrir graves consecuencias.
Es probable que se vea afectada la realización de subastas de energías renovables y el proceso de asignación de puntos de acceso y conexión, aspectos fundamentales para el desarrollo organizado de las energías renovables. La incertidumbre se cierne sobre la industria, ya que existe la posibilidad de que no se puedan llevar a cabo importantes acciones y decisiones necesarias en este contexto.
El PNIEC y reforma del PVPC respecto a las políticas energéticas
Es altamente probable que se implementen varias medidas importantes en el ámbito energético. En las próximas semanas, se espera que se presente la actualización del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) hasta el año 2030, sin necesidad de aprobación parlamentaria.
Además, es probable que se apruebe mediante un real decreto la reforma del Precio Voluntario del Pequeño Consumidor (PVPC), también conocido como tarifa regulada de la electricidad, durante este mes de junio.
Sin embargo, quedan pendientes muchas otras acciones y ayudas por implementar. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha dejado sin completar ciertas políticas energéticas y no ha podido culminar su trabajo durante los últimos cinco años desde que asumió el cargo en junio de 2018.
Cinco años de una reforma energética sin precedentes que ha cambiado por completo el panorama y que ha colocado a España en buena posición para liderar la transición energética en Europa.
El tiempo es escaso, especialmente si hay un cambio de Gobierno en julio
Independientemente de quien asuma el liderazgo en La Moncloa este verano, es crucial que consideren los avances realizados hasta ahora en colaboración con el sector energético español y busquen formas de mejorar.
Lo que sí es seguro es que se debe volver al punto de partida de la crisis energética y revertir las medidas adoptadas en las políticas energéticas, especialmente en términos fiscales, antes de que termine el año.
En resumen, la transición energética continúa y el sector se prepara para posibles cambios en el futuro. Sin embargo, la celebración de elecciones ha ocasionado la pérdida de casi otro año, lo cual dificulta el cumplimiento de los objetivos.
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