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A partir de este jueves, los empleados de la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina (UNRWA) se verán obligados a detener sus actividades en Israel y abandonar su sede en Jerusalén Este. Esta situación surge debido a la entrada en vigor de dos normativas israelíes aprobadas por el Knesset en octubre del año pasado, las cuales limitarán significativamente la capacidad operativa de la agencia en los territorios palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza.
El papel de la UNRWA en la región
La UNRWA fue creada en 1949 con el propósito de brindar asistencia y protección humanitaria a casi seis millones de refugiados palestinos en Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria y Jordania. En la actualidad, es la agencia de la ONU con mayor presencia en el territorio, contando con una red de 13.000 empleados y 300 instalaciones.
Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, la UNRWA ha sido fundamental en la provisión de ayuda humanitaria, entregando alimentos a 1,9 millones de personas y cubriendo aproximadamente el 63% de las consultas de atención primaria en la región. Su labor es crucial para la supervivencia de miles de refugiados que dependen de sus servicios de salud, educación y alimentación.
El marco legal que entra en vigor impone severas restricciones a las operaciones de la UNRWA en Israel y los territorios ocupados. La primera de las leyes prohíbe cualquier tipo de actividad de la agencia dentro del territorio soberano israelí, lo que implica que ya no podrá operar en lugares como el campo de refugiados de Shuafat, ubicado en Jerusalén Este, un área anexionada por Israel.
Por otro lado, la segunda norma impide que cualquier autoridad estatal israelí tenga contacto con la agencia, lo que afecta directamente su capacidad para llevar a cabo sus labores en Gaza y Cisjordania. Con esta restricción, Israel no concederá permisos de entrada a la Franja de Gaza ni facilitará la coordinación logística con las fuerzas militares, lo que complicará aún más la distribución de ayuda en estos territorios.
El pasado domingo, la agencia informó que el gobierno israelí ordenó la evacuación de sus instalaciones en Jerusalén Este y la suspensión de todas sus operaciones en la zona antes de la fecha límite de este jueves. En respuesta, la agencia ha denunciado que sus instalaciones son inviolables y cuentan con privilegios e inmunidades bajo la Carta de las Naciones Unidas.
A pesar de las restricciones impuestas, la UNRWA ha reafirmado su compromiso de continuar con su misión humanitaria. Según la agencia, sus equipos seguirán trabajando y las clínicas permanecerán abiertas. No obstante, la sede en Jerusalén Este quedará vacía, y el personal operará de manera remota para garantizar su seguridad.
Marta Lorenzo, directora de la oficina de representación de la UNRWA en Europa, subrayó que la agencia mantiene su compromiso de seguir operando mientras sea posible. "Tenemos una responsabilidad moral y un mandato que solo puede ser modificado por la Asamblea General de la ONU", afirmó.
Impacto en la población palestina
Philippe Lazzarini, comisionado general de la agencia, advirtió que estas medidas israelíes afectarán gravemente la respuesta humanitaria en la región y agravarán las ya precarias condiciones de vida de millones de palestinos.
El cese de actividades de la UNRWA tendrá repercusiones directas en la población más vulnerable, afectando a alrededor de 70.000 pacientes que requieren atención médica y dejando sin acceso a la educación a más de mil estudiantes.
En este contexto, la comunidad internacional enfrenta el desafío de encontrar alternativas para mitigar el impacto de estas restricciones y garantizar la continuidad de la asistencia humanitaria en los territorios palestinos.
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