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La movilidad dentro de las ciudades se presenta como un verdadero problema, sobretodo por la congestión, el tráfico y la contaminación que genera.
Ante esta realidad, crece el número de ciudades que se unen a la lucha contra la contaminación del sector automovilístico. Ya se ha empezado a restringir la circulación de vehículos según el grado de emisiones que produzcan. Además, se han comprometido a fijar una fecha para que la prohibición total de los vehículos diésel y de gasolina se haga efectiva.
Retrofit, la alternativa a la compra de un coche eléctrico
Esta situación ha dibujado un escenario de incertidumbre entre los conductores, sobre todo por cuestiones como el precio, la autonomía y la vida útil de las baterías de los coches eléctricos. Pero como en cada nuevo mercado, se abren opciones alternativas, y a la vez más económicas.
El retrofit es un negocio que se basa en la conversión de vehículos de gasolina o diésel en híbridos o eléctricos, perfectamente adaptados para que circulen por las ciudades.
Las emisiones de CO2 de los vehículos matriculados en Europa en 2018 aumentaron un 1,6% en comparación con el ejercicio precedente. Un dato publicado por la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) que demuestra que los europeos aún no hemos dado el gran salto a la movilidad verde.
La venta y uso de coches eléctricos no para de crecer
Cada vez son más los conductores que confían en la autonomía real de estos vehículos, valoran sus prestaciones y, además, premian su compromiso con el medioambiente. Y, claro, no todo el mundo puede acceder al mercado chino para adquirir el Ora R1 por menos de 8.000 euros. Pero, ¿quién dijo que la única opción para disfrutar de un eléctrico era comprando uno nuevo?
Retrofit hace referencia a un nuevo modelo de negocio poco presente en España que consiste en la conversión de coches de gasolina o diésel en vehículos eléctricos que cumplan la normativa anticontaminación vigente: la Euro 6.
Una opción también costosa que, por otro lado, ayuda a modernizar el envejecido parque automovilístico. Es importante destacar que no todos los vehículos pueden someterse al retrofit, pues el éxito de este proceso depende, directamente, de la antigüedad del coche que queremos convertir en eléctrico. Además, en caso de que sea apto, es fundamental seguir un proceso burocrático en el que se informe a las autoridades pertinentes de los cambios del automóvil.
El proceso de transformación
El portal informativo Motorpasión explica que el proceso de transformación de estos vehículos empieza por desmontar todos aquellos componentes relacionados con la combustión. Es decir: el motor, la transmisión, la línea de escape, el depósito de combustible… Para después pedir y sustituirlos por los que conforman el vehículo eléctrico: el motor, el controlador, la placa para adaptar la caja de cambios original, las baterías, cableado, conectores, indicadores, fusibles, cuerpo del acelerador, etc.
La última parte técnica, consiste en realizar los cambios necesarios para que todos los componentes confluyan, también los que funcionan de manera accesoria como el sistema de iluminación o la dirección asistida.
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