El conflicto entre Rusia y Ucrania ha afectado a la final de la Champions League. El último partido se iba a disputar en San Petesburgo pero, los acontecimientos han obligado a llevarse el espectáculo a París.
La organización Movimiento contra la Intolerancia condenó el pasado lunes la invasión militar de Ucrania decretada por Vladímir Putin y quiso hacer un llamamiento a la solidaridad con el pueblo ucraniano y los habitantes rusos que se movilizan en contra de esta guerra.
En estos días, el deseo de acoger a esos niños que se han quedado sin nada, huyendo de la guerra, de los bombardeos y de los escombros, se ha disparado y son numerosas las familias que quieren ofrecerles un hogar lejos de la violencia.
La situación es tan peliaguda que el asesor del Ministerio del Interior ucraniano, Anton Gerashchenko, advirtió que el mundo se enfrenta al peligro de una “Tercera Guerra Mundial”.
El magnate ruso, Roman Abramovich, ha sido obligado a vender el Chelsea debido a sus grandes lazos con el dirigente ruso, Vladimir Putin y la crisis que Rusia ha desatado en Ucrania.