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Un reciente estudio de la Fundación Inocente, elaborado en colaboración con Ipsos, ha puesto de manifiesto los mayores temores de las familias españolas con respecto a la salud y el bienestar de los menores de entre 10 y 18 años.
Esta investigación, realizada con una muestra de 4.500 hogares revela que las preocupaciones más destacadas son la salud mental, el acoso escolar y el consumo de drogas duras. Según los resultados, el 49,5 % de las familias están especialmente preocupadas por los problemas de salud mental de sus hijos, mientras que el 45,3 % se inquieta por el acoso escolar y un 34,2 % teme el consumo de drogas duras entre los menores.
Otras preocupaciones importantes para los padres
Además de las preocupaciones más urgentes, el estudio también refleja otras áreas de preocupación que afectan a los padres de adolescentes en España. Entre ellas se encuentran el uso excesivo de pantallas, el acceso a contenido inapropiado relacionado con el sexo o la prostitución, el rendimiento académico de los menores y el uso de redes sociales.
Estas preocupaciones reflejan una tendencia creciente de los padres a querer proteger a sus hijos de los riesgos asociados a la tecnología y el entorno digital, así como a los problemas sociales derivados del abuso de sustancias como la marihuana o el hachís.
Curiosamente, algunas preocupaciones se presentan con menor intensidad entre los padres, como el uso de vapeadores, cigarrillos electrónicos y bebidas energéticas, que solo afectan a un pequeño porcentaje de los hogares encuestados. Esto sugiere que, si bien estas prácticas están en aumento, no han alcanzado la misma alarma social que otros problemas, como el consumo de drogas duras o los riesgos en torno al acoso escolar.
Demandas y prioridades de las familias
El estudio también recoge las demandas de las familias, que consideran prioritarias varias áreas de acción por parte del Gobierno. En primer lugar, piden medidas para mejorar la salud mental de los jóvenes, prevenir el acoso escolar, y regular de manera más estricta el uso de las pantallas y el acceso a contenido inapropiado en línea. Además, reclaman políticas más efectivas para combatir el consumo de drogas y proteger a los menores de los riesgos derivados de la adicción a las pantallas.
A pesar de estas preocupaciones, el estudio también resalta algunos aspectos positivos. Por ejemplo, el 56 % de los menores dedica su tiempo libre al estudio, el 47 % practica deportes y el 46 % pasa tiempo con sus amigos. Solo un 31 % de los menores opta por jugar a videojuegos, lo que refleja un equilibrio en sus actividades diarias.
En este contexto, la Fundación Inocente señala que es fundamental conocer los temores reales de las familias para desarrollar iniciativas que puedan mitigar estos riesgos y crear un entorno más seguro para los menores. Cristina Fernández, directora de la Fundación, subraya la importancia de proporcionar información veraz sobre los verdaderos problemas que enfrentan los menores y cómo estas preocupaciones pueden ayudar a los legisladores a tomar decisiones informadas que prioricen la protección de la infancia.
Este estudio resalta la necesidad urgente de que las instituciones actúen de forma coordinada para mejorar la protección de los menores y atender las preocupaciones planteadas por las familias, asegurando que las futuras generaciones puedan desarrollarse en un ambiente más seguro y saludable.
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