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El breve enfriamiento actual no detendrá la tendencia de aumento de calor según las previsiones, lo que afectará el bienestar. El cambio climático ya está afectando negativamente a la salud, especialmente de los más vulnerables, menos adaptables a los cambios de temperatura. En el verano de 2022, Europa tuvo su período más caliente registrado. Un estudio de ISGlobal en julio de 2023 en la revista Nature Medicine vinculó 61,672 muertes prematuras por calor en ese verano.
El cambio climático también afecta en el calor
Este período breve de enfriamiento es solo una pausa en una tendencia donde los períodos de calor intenso aumentarán, impactando la salud y el bienestar. El cambio climático ya está afectando negativamente a las personas, especialmente a los más vulnerables, menos capaces de adaptarse a los cambios de temperatura.
Los datos son claros. Durante el verano de 2022, que fue el más caliente en Europa desde que se tienen registros, se registraron 61,672 muertes prematuras relacionadas con el calor en el continente. Un estudio realizado por ISGlobal y publicado en julio pasado en la revista Nature Medicine reveló estos números.
En términos absolutos, Italia tuvo el mayor número de muertes atribuibles al calor durante el verano de 2022, con 18,010 muertes, seguido de España (11,324 fallecimientos) y Alemania (8,173).
Diversos estudios epidemiológicos han demostrado que las temperaturas extremadamente altas aumentan la mortalidad, principalmente debido a enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Las altas temperaturas pueden llevar a respuestas inadecuadas del sistema de regulación de la temperatura corporal, así como a la pérdida de agua y electrolitos, lo que afecta el funcionamiento de varios órganos.
Los riesgos del calor en los grupos vulnerables
Normalmente, una persona sana puede soportar una fluctuación de hasta unos 3 ºC en su temperatura interna sin experimentar cambios notables en su bienestar físico y mental. Sin embargo, la exposición a temperaturas extremadamente altas puede causar problemas de salud significativos, especialmente en aquellos más susceptibles.
Además de deshidratación, insolación, calambres y desequilibrios, el golpe de calor representa un grave riesgo, ya que puede llevar a complicaciones en varios órganos, convulsiones e incluso coma.
Las personas más propensas a sufrir un golpe de calor son "los ancianos, los niños, los individuos dependientes y aquellos con enfermedades crónicas o que toman medicamentos", según Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería. Ella detalla que los síntomas incluyen "piel enrojecida, dolor de cabeza, confusión, mareos, náuseas e incluso pérdida de conciencia".
Un Plan Nacional para Prevenir los Efectos del Exceso de Temperatura en la Salud
Desde 2004, España cuenta con un Plan Nacional para Prevenir los Efectos del Exceso de Temperaturas en la Salud. Su meta es minimizar los impactos de altas temperaturas durante el verano.
El plan establece umbrales de temperatura por provincia y señales de alerta para advertir sobre el riesgo de aumento de la mortalidad debido a altas temperaturas.
El Ministerio de Sanidad reporta que el riesgo de mortalidad por altas temperaturas aumenta entre un 9,1 % y un 10,7 % por cada grado por encima del umbral. Este umbral varía según la provincia, considerando diversos factores. Por ejemplo, es 26ºC en Asturias y 41,5 ºC en Córdoba.
Jaime Martínez-Urtaza, de la Universidad Autónoma de Barcelona, menciona que la bajada de temperaturas será temporal y no representará un riesgo para la salud. Aunque las oscilaciones sean amplias, no deberían generar problemas de salud significativos.
Se nota un cambio importante en las condiciones climáticas, coincidiendo con el fenómeno de El Niño, que trae más calor y humedad, agravando la situación. La combinación de calor y humedad es más problemática que el calor solo, ya que dificulta la respiración y afecta la propagación de patógenos.
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