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El barco de la ONG alemana Sea Watch, con 194 migrantes rescatados en el Mediterráneo central, fue autorizado a atracar este miércoles en el puerto de Messina, en Sicilia, pero todas las personas a bordo tendrán que guardar una cuarentena debido a la difusión del coronavirus.
Migrantes a la deriva
El barco humanitario esperaba un puerto desde el pasado miércoles con 121 personas rescatadas y este lunes intervino en dos operaciones de rescate y salvó a otras 73 después de recibir una señal de Alarm Phone, una línea telefónica puesta en marcha por activistas que recibe las llamadas de los migrantes que se encuentran en peligro en el Mediterráneo central.
La ONG anunció durante la noche que se les había autorizado atracar en el puerto de Messina, en Sicilia.
Cuarentena
Pero como ha ocurrido al barco humanitario 'Ocean Viking', de las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée, llegar a Italia comportará quedar en cuarentena, según las nuevas normas sanitarias impuestas debido a la difusión del coronavirus.
El presidente de la región siciliana, Nello Musumeci, ha ordenado que la cuarentena de 14 días tanto de los migrantes como de la tripulación se realicen dentro del barco y no en el centro de acogida.
En el caso del 'Ocean Viking', las 274 personas rescatadas fueron puestas en aislamiento en el centro de acogida, mientras que 32 tripulante y un periodista alemán que se encontraba a bordo están cumpliendo la cuarentena frente a las costas de Pozzallo, el puerto siciliano donde se les autorizó a desembarcar a los migrantes
Ocean Viking
La tripulación, compuesta por 32 miembros, además de un periodista alemán, deberá permanecer a bordo del barco sin abandonarlo hasta que cumpla ese plazo. Son cooperantes de Francia, Italia, Jordania, Egipto, Noruega, Filipinas o Sudáfrica. Suerte diversa han corrido los migrantes, entre ellos numerosos niños no acompañados, que tocaron tierra pero únicamente para recorrer los doscientos metros que separan el punto de atraque del barco y el centro de acogida del propio puerto.
Tanto la tripulación como los rescatados son víctimas indirectas de la histeria que el coronavirus de Wuhan ha desatado en Italia. El alcalde de Pozzallo, Roberto Ammatuna, reconoce que en efecto la cuarentena que ha dictado, en acuerdo con el Ministerio del Interior, es una medida "rígida" con el único objetivo de "calmar a la población".
Alarma por el coronavirus
"Existe una gran alarma en Italia seguramente favorecida por los medios de comunicación y he tenido que tomar esa decisión para tranquilizar a la ciudadanía", refiere el regidor, del gobernante Partido Demócrata (centroizquierda).
El hecho es que ninguno de los inmigrantes ni miembros de la tripulación presentaron síntomas de coronavirus durante la travesía y los rescatados, sometidos a evaluaciones médicas también en tierra, tenían "condiciones de salud bastante buenas", explica.
A las puertas del centro de acogida unos operarios recogían a última hora de la tarde las batas y mascarillas que habían usado durante la jornada, y los últimos trabajadores sociales abandonaban en lugar. "Están todos bien", se limitaba a afirmar una de ellas.
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