Grecia vive la segunda huelga general del año contra políticas de austeridad

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14/12/2017 - 13:34
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Atenas, 14 dic (EFE).- Grecia vivió hoy la segunda huelga general del año, la séptima desde que Alexis Tsipras asumió el Gobierno hace casi tres años, una protesta que como siempre tuvo un seguimiento desigual pero cuyo mensaje fue el de siempre: no más austeridad, basta de subidas de impuestos y bajadas de salarios y pensiones.

Los paros afectaron sobre todo al sector público, con la administración cerrada a cal y canto, y hospitales y consultas médicas ofreciendo solo servicios mínimos.

El transporte público se sumó a la huelga, pero lo hizo básicamente en el turno de noche y en las primeras horas de la mañana.

Los ferrocarriles, en cambio, dejaron de circular durante todo el día. Lo mismo ocurrió con el tráfico marítimo.

En la educación, la imagen fue mixta; algunas escuelas abrieron, otras no.

Los comercios, en cambio, funcionaron con completa normalidad, por lo que la imagen en la calle era la de todos los días, salvo a media mañana en el centro de Atenas, cuando miles de personas -unas 20.000 según la policía- acudieron a la tradicional manifestación que acompaña a todas las huelgas.

Los medios de comunicación, que tradicionalmente suspenden su actividad en la víspera para poder informar durante la jornada de huelga, optaron esta vez por hacerlo el mismo día.

Ninguna cadena ofreció informativos, y en las radios tan solo hubo boletines para informar del curso de la huelga.

Algunos medios digitales, sin embargo, mantuvieron un servicio reducido de información.

"¡Pobreza, impuestos, desempleo, basta ya!". Con este eslogan, los principales sindicatos, GSEE (sector privado) y ADEDY (público), llamaron a una huelga, que nada puede evitar, pues el Gobierno se ha comprometido con los acreedores a cerrar todos los asuntos pendientes de legislar hasta finales de enero.

Entre los temas que forman parte del último acuerdo con las instituciones acreedoras y que ha desatado las iras sindicales está el endurecimiento de los requisitos necesarios para poder convocar una huelga.

Básicamente afecta solo a los sindicatos sectoriales y no a las grandes confederaciones como GSEE y ADEDY, y contempla ampliar del 20 % al 50 % más uno el cuórum mínimo de participación en las votaciones para decidir sobre una huelga.

A la mayoría de los griegos, sin embargo, lo que más les preocupa es que, a pesar de que hay primeros síntomas de una recuperación económica, el empobrecimiento ha continuado.

Según ambos sindicatos, los repetidos aumentos de impuestos y las reducciones salariales han llevado a que el empobrecimiento de la población sea cada vez mayor.

"Yo me jubile en 1993 con una pensión de 1.250. Ahora se me ha quedado en 750 euros", señaló a Efe Dimitris Stahusis, quien dice sentirse defraudado de todos los partidos y no ve perspectiva para el futuro.

A pesar de que en los últimos cuatro años el desempleo se ha reducido sensiblemente -a un ritmo de casi dos puntos porcentuales por año-, su tasa, con un 20,5 % de la población activa en septiembre, sigue siendo la más alta en Europa.

Además, la mayoría de las nuevas contrataciones son a tiempo parcial, un 54,7 % en los primeros once meses, con un sueldo mensual medio de alrededor 376 euros, muy por debajo del salario mínimo interprofesional de 586 euros mensuales brutos.

Para muchos griegos las cosas empeorarán aún más a partir de 2019, a pesar de que para entonces el país ya habrá salido del rescate, pues para ese año el Gobierno se ha comprometido con los acreedores a un nuevo tijeretazo de las pensiones.

En 2020 se reducirá además el mínimo exento de impuestos, de actualmente 8.636 a 5.700 euros anuales, una promesa que hizo el Gobierno a la troika para reducir el gasto público en un 1 % del PIB.

A pesar de todo, sigue habiendo gente que no quiere perder el optimismo, como Dimitris Vassiliadis, informático en el Banco Nacional de Grecia.

"Tengo la esperanza de que Grecia salga de una vez del programa de rescate, de que pueda restablecerse poco a poco la normalidad y los bancos puedan volver a conceder créditos y no dependan ya de los créditos del fondo de rescate europeo", señaló.

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