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El ser humano es capaz de construir con gran habilidad y belleza, pero también tiene una segunda cara en la que muestra su peor faceta. La crueldad, su capacidad destructiva y por supuesto, su violencia. Aunque esta última se haya utilizado para generar importantes cambios sociales, políticos o incluso económicos, que han construido el mundo en el que hoy vivimos, lo cierto es que las consecuencias que se han pagado por hacerlo se han sumado en millones de víctimas.
Por eso, otros movimientos pacíficos, han trabajado sin descanso por mostrar alternativas para el cambio en las que se descarte por completo el uso de la violencia. Uno de los mayores referentes a nivel internacional de este modelo de pensamiento, fue Mahatma Gandhi, un hombre como otro cualquiera, que un día decidió cambiar las cosas primero generando un cambio en él mismo, renunciando a las herramientas violentas y promoviendo el pacifismo.
Día Internacional de la No Violencia
Cada 2 de octubre, las Naciones Unidas promueven el Día Internacional de la No Violencia en honor de la figura de Mahatma Gandhi y su legado para la humanidad. Ante los nuevos retos que inevitablemente se nos presentan como humanidad "la solución está en nuestras manos: la solidaridad. Hemos de reconocer, como ya lo hizo Gandhi, que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y que la paz ofrece el único camino hacia un futuro mejor para todos", declaraba el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
"Afrontar los desafíos del mundo de hoy significa unirse en una sola familia humana y comprometerse, como nunca antes, con la paz", añadía Guterres en su mensaje especialmente pensado para conmemorar este día de la no violencia. Desafío que en este periodo actual que nos ha tocado vivir, se presentan por todos los rincones del globo y que no han dado un respiro a una sociedad que venía fatigada del combate contra una de las grandes pandemias del siglo.
Momentos adversos que ponen a prueba a la humanidad
La guerra en Ucrania, los conflictos políticos actuales de Afganistán e Irán, las guerras enquistadas de Palestina y Siria, los movimientos sociales que han recurrido a la violencia en Haití o la violencia de género que no muestra signos de retroceder todo lo necesario, son solo alguno de los ejemplos de que el mundo, y la humanidad, necesita un respiro, pero además, "Necesitamos un plan de acción mundial audaz para sanar a nuestro planeta", remarca el Secretario General.
"Y, sobre todo, necesitamos recuperar la confianza en los demás. El odio, la división, el conflicto y la desconfianza prevalecieron en el pasado. Ya es hora de iniciar una nueva era de paz, confianza y tolerancia", unas palabras que en un día como hoy, deben llevarnos a la reflexión sobre la forma en la que vivimos y contribuimos de alguna manera a la perpetuación de la violencia.
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