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Hoy nos sumamos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conmemorar el Día Mundial de la Obesidad con el objetivo de concienciar sobre lo que se ha calificado como la pandemia del siglo XXI, antes de que llegara el nuevo coronavirus.
Cada año mueren unos 2,8 millones de personas por la obesidad o el sobrepeso
Esta enfermedad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Las cifras aportadas por la organización en 2016 son bastante alarmantes. El 39 % de la población mundial de adultos tenía sobrepeso y el 13 % obesidad. Concretamente, hay en total 1.900 millones de personas con sobrepeso y 650 millones de ellas son obesas.
La OMS estima que cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad. El estudio Global Burden Disease de la revista científica The Lancet estimaba en 2017 que esta cifra era de 4,72 millones de muertes, siendo esta enfermedad la quinta causa de mortalidad mundial, después de la polución del aire, el exceso de azúcar en sangre, el tabaco y la hipertensión arterial.
Los últimos estudios han aportado unos datos muy negativos ante un problema que se puede prevenir y tratar, excepto en casos especialmente difíciles. Hace años se estimaba que era un problema que afectaba a los países de ingresos altos, pero en la actualidad, esta enfermedad también es prevalente en países de ingresos bajos y medianos.
La obesidad infantil se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años
En el caso de los niños, la obesidad infantil se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años, se estima que en 2016 había 124 millones de niños obesos.
En su página que dedica a este Día Internacional de la Obesidad la OMS ha explicado que la causa fundamental del sobrepeso y esta enfermedad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.
A nivel mundial, la OMS reconoce que se ha dado "un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización".
La obesidad o el sobrepeso no solo es un problema estético
Aunque para muchos sea solo un problema estético, esta enfermedad va mucho más allá de la presión social o estética que pueda producir. Además de la falta de autoestima, seguridad y amor propio, la obesidad conlleva riesgos para la salud importantes, como problemas cardiacos, articulares, diabetes y favorece el desarrollo de cáncer.
Para no favorecer esta enfermedad hay que prestar mucha atención a la nutrición y al ejercicio físico. En los países de ingresos bajos y medianos, es más probable que la nutrición sea inadecuada. Al mismo tiempo, las personas están expuestas a alimentos de alto contenido calórico ricos en grasa, azúcar y sal y pobres en micronutrientes, que suelen costar menos, pero también tienen nutrientes de calidad inferior.
Estos hábitos alimentarios, junto con un nivel inferior de actividad física, dan lugar a un aumento drástico de la obesidad, al tiempo que los problemas de la desnutrición continúan sin resolverse.
En Europa ha aumento esta enfermedad muy rápido en las últimas décadas
Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen una función crucial en la prevención de la esta enfermedad. Aunque no llega a los niveles de Estados Unidos, esta enfermedad sigue conquistando Europa.
Según un estudio publicado por la Comisión Europea en 2016 el 51 % de los adultos europeos tiene sobrepeso con un 35 % de personas "pre-obesas" y un 15,9 % de obesos. Malta es el país con un mayor índice de obesidad (26 %) seguido de Letonia (21 %) y Hungría (21,2 %). En la cola se sitúan Rumanía (9.4 %) e Italia (10.7 %). España tiene un índice de esta enfermedad de 16,7 %, ligeramente por encima de la media. Aunque las cifras de sobrepeso alcanzan un 61,6 %.
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