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La Unión Europea sigue al frente para evitar el derrumbe de su economía, pero Bruselas señala que tras la pandemia habrá más deuda pública y privada y llegará el fin de las subidas salariales.
A todo esto habría que sumar una crisis social que ya ha comenzado pero todavía no ha llegado a su punto más álgido. Entre los países más amenazados por esos desequilibrios está España, a la que la Comisión volvió a reclamar “un fuerte compromiso con las reformas”. “Vamos en la buena dirección, pero todavía hemos de trabajar juntos las próximas semanas”, afirmó el comisario Paolo Gentiloni tras la exposición del plan español que realizó en el Eurogrupo la vicepresidenta Nadia Calviño.
El impedimento de las subidas salariales activa la palanca clave de los planes de recuperación en Europa
Europa sigue inmersa en una dura ola de contagios. La eficacia de la vacuna y la intensidad de las nuevas infecciones marcarán el ritmo de la recuperación económica y las medidas a tomar, que de momento, suponen planes que inyectarán hasta 800.000 millones de euros en la economía europea. De este modo, la vacuna marcará la recomposición posible de sectores como el turismo o el transporte. Sin embargo,
Bruselas espera que esos planes de recuperación no solo sirvan para relanzar la actividad, sino también para corregir los desequilibrios que, según una nota técnica de la Comisión Europea, se están “agravando” por la pandemia, que incluso podría dar pie a nuevos riesgos como: la deuda pública, que crecerá a causa de las medidas para proteger la economía, mientras que las empresas y hogares podrían verse con dificultades para hacer frente a sus obligaciones si la pandemia les deja inactivos; se pondrá fin a las subidas salariales y de productividad; y los precios de la vivienda caerán.
Los bancos podrían verse de nuevo en apuros
“El shock de la Covid-19 parece exacerbar los desequilibrios existentes en la zona del euro”, destaca el documento debatido por los ministros al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Las previsiones son, si cabe, peores para España, Francia o Italia, países donde la pandemia acentuará los patrones ya existentes en cuanto a la deuda pública e incluso las divergencias entre socios. Además, tampoco está claro el alcance de la probable mortalidad de empresas o del desempleo, la gran asignatura pendiente de nuestro país.
Bruselas apuesta por reformas pero protegiendo la inversión pública
En la presentación de los planes para la recuperación económica de España, Nadia Calviño sostuvo que Bruselas ya tenía 28 de los 30 paquetes de reformas que pondrá en marcha, y que los otros dos como el del mercado laboral y el de las pensiones, estaban en camino y podrían llegar de inmediato.
La exposición de Calviño fue alabada por varios miembros del Eurogrupo. Paschal Donohoe, afirmó que fue “excelente”. “Los planes son instrumentos macroeconómicos contracíclicos y es ahora cuando tenemos que hacer un esfuerzo de inversiones y de reformas para tratar de compensar el impacto negativo de la pandemia, sobre todo en aquellos países más afectados, como ocurre con España”, sostuvo la titular de Economía.
Sin embargo, la Comisión prevé que en 2020 la economía cayó un 12,4 % y la inyección de fondos que recibirá, de hasta 140.000 millones de euros.
En cualquier caso, los documentos que se han enviado a Bruselas son solo unas líneas básicas de actuación. La batalla real dentro del Ejecutivo y en el diálogo social llegará cuando todas estas reformas lleguen al Congreso para convertirse efectivamente en textos legales y no compromisos en un papel sin mayor validez jurídica aunque sí con fuerte contenido político.
En definitiva, para una plena recuperación económica, España debe prestar mayor atención a la reforma laboral, la del sistema de pensiones y la que garantice la unidad de mercado. Cuidado con las subidas salariales, eso requiere todavía semanas de negociación. Los primeros 10.000 millones no llegarán a España, como pronto, hasta primavera.
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