Lectura fácil
En el mundo del lavado, algunas prendas generan debate sobre la frecuencia adecuada para mantenerlas limpias, pijamas, toallas y sábanas… Sin embargo, los sujetadores son los campeones indiscutibles en cuanto a incertidumbre sobre la frecuencia de lavado. ¿Realmente los lavamos tan a menudo como deberíamos?
Muchas prendas son complicadas de lavar debido a los cuidados especiales que requieren
Algunas prendas generan dudas a la hora de lavarlas, no porque requieran cuidados especiales o lavado a mano, sino porque no sabemos con certeza cuántas veces deben ser lavadas. Este dilema se presenta con pijamas, toallas y sábanas, siendo estas últimas más complicadas debido a las fundas de almohada que tienen sus propias reglas, necesitando cambios más frecuentes.
Sin embargo, si hay una prenda que destaca en esta incertidumbre, son los sujetadores. ¿Realmente los lavamos tan seguido como deberíamos?
En cuanto a la frecuencia, no hay una regla estricta, ya que no todos son iguales. Por ejemplo, un sujetador de encaje utilizado solo en ocasiones especiales no se trata de la misma manera que un sujetador deportivo llevado al gimnasio. Mientras que el primero no necesita ser lavado después de cada uso para no dañar la elasticidad, en el caso de los deportivos, sobre todo después de sesiones intensas, es recomendable hacerlo.
En general, expertos como La Corsetera sugieren lavar los sujetadores cada 5 o 7 usos. Lavarlos después de cada uso podría acortar su vida útil, pero esto depende del uso específico que se les dé.
¿Cómo debemos lavar los sujetadores?
Ahora que sabemos que los sujetadores no necesitan ser lavados a diario, sino después de aproximadamente cinco o siete usos, es esencial aprender cómo lavarlos correctamente para prolongar su vida útil. Encontrar el sujetador perfecto no es fácil, por lo que aprender a cuidarlo adecuadamente es crucial para evitar que se deteriore prematuramente.
Lo primero es abandonar la idea de utilizar la lavadora. Lavar un sujetador a mano con agua templada y un detergente específico para prendas delicadas es siempre la opción más recomendable. Siguiendo las instrucciones del producto, obtendrás resultados óptimos. También puedes dejarlo en remojo por unos minutos y luego frotar suavemente las áreas que requieran un tratamiento especial. Enjuaga con agua tibia y escúrrelo con cuidado para evitar deformaciones.
El aumenta el riesgo de dañar los sujetadores, especialmente si son de tejidos delicados. En caso de necesidad, utiliza una bolsa de rejilla diseñada para prendas delicadas y abrocha los corchetes para prevenir enganchones. Evita el uso de suavizante, ya que podría dañar los tejidos. Opta por programas de lavado que no superen los 30 grados para mantener la integridad de la prenda.
Para almacenar los sujetadores, evita deformarlos. La mejor manera de ahorrar espacio es apilarlos uno sobre otro, especialmente aquellos con copas y aros que podrían perder su forma original si se almacenan de otra manera.
Añadir nuevo comentario