E-learning: estas aplicaciones y dispositivos revolucionan la docencia

Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) tienen la mejor tasa de empleo, con un 74 %, según los datos de 2020 de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. La digitalización y un mercado laboral cada vez más disruptivo e innovador imponen no solo formar a alumnos de edades cada vez más tempranas en cuestiones tecnológicas, sino cambiar hacia un modelo educativo que abrace las TIC. Por ello, la nueva ley de educación, la Ley Celáa, integra entre sus novedades que la asignatura de Tecnología en secundaria pase a llamarse Tecnología y Digitalización, así como fomentar la creatividad y el espíritu científico mediante el acceso del alumnado a tecnologías digitales, potenciando el formato electrónico y a distancia en la enseñanza.

En la actualidad, multitud de aplicaciones y plataformas ya llevan años cambiando la forma de enseñar y de dar clase, bien en centros educativos o desde casa, especialmente para aprender idiomas o para aprender habilidades cada vez más demandadas para optar a puestos de trabajo. Estar al día en plataformas de gestión y de trabajo colaborativo es algo clave para tener un currículum actualizado, lo que ha convertido a la formación en algo casi de por vida, desde luego en un asunto mucho más allá de la facultad.

Así, la forma de ofertar, demandar y adquirir conocimiento ha cambiado al punto de convertir a las enciclopedias en restos fósiles. Hay multitud de plataformas de e-learning que ofrecen un sinfín de cursos a través de lecciones cortas -píldoras- de pocos minutos, como las que se pueden encontrar en Domestika o en LinkedIn. Además, el coronavirus y los confinamientos hicieron que muchas academias echaran el cierre o bien cambiaran sus modelos de enseñanza física a otros online, en los que el alumno completa un curso a su ritmo o bien sigue al profesor en lecciones en streaming desde su sofá. Aunque pueda volver la anterior normalidad, serán muchos los que querrán continuar esta forma de aprender.

Al final, lo desafiante es lograr que los nuevos modelos realmente enseñen. La ventaja de las TIC es que sus modelos están diseñados para motivar y atraer la atención de los estudiantes, cada vez más dispersa y ocupada por la cantidad de información que fluye en los medios y por el uso de las redes sociales, cuyo crecimiento es exponencial.

La tecnología de las aplicaciones facilita la enseñanza

En la sopa de apps de las principales tiendas digitales como App Store o Google Play se cuelan las de enseñanza. Como bien apunta el portal 20BITS, estas ayudan a docentes y alumnos en cuestiones esenciales como repasar lecciones, ponerse a prueba para exámenes o bien gestionar las clases. Estas son algunas de las aplicaciones que recoge el medio especializado en tecnología y que están revolucionando la educación:

● Kahoot!: con esta aplicación los profesores generan concursos donde los alumnos son los concursantes. El objetivo es enfrentarse a cuestionarios para preparar exámenes de una forma entretenida.

● ClassDojo: con esta plataforma los profesores pueden gestionar sus clases y grupos de estudiantes a modo de comunidad. Incluye una mecánica de juegos para fomentar la participación del alumno, e incluso se motiva al buen comportamiento en clase. Los padres también son actores de esta App, pues pueden comunicarse con el profesor para conocer el progreso del alumno.

● Google Classroom: es una aplicación para organizar clases, apuntes, tareas y trabajos, que los profesores pueden calificar con rapidez.

Duolingo: esta popular herramienta para aprender idiomas ya tiene más de 300 millones de usuarios, según la BBC. A modo de juegos, el alumno gana puntos cada vez que sube de nivel, lo que facilita comprobar su progreso.

● Smartick: las cortas sesiones y la adaptación al nivel de alumno hacen que esta aplicación trate de transmitir lecciones de matemáticas de un modo más sencillo.

Dispositivos para facilitar la labor de los docentes

También hay multitud de gadgets que facilitan la forma de dar clase, como por ejemplo:

● Portátiles: el programa Educa en Digital impulsado por la ministra de Educación, Isabel Celáa, prometía repartir medio millón de portátiles a alumnos vulnerables de todo el país, lo que empezó a hacer en abril de 2021 y que además ampliaría a 250.000 gracias al Mecanismo Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia Económica. Y es que estos cómodos ordenadores son ideales para hacer trabajos y recibir todo tipo de formación multimedia, tanto en clase como en casa.

Mini proyectores: mostrar imágenes, presentaciones, vídeos o películas en calidad HD es más fácil con estos dispositivos, que se pueden conectar a portátiles, tablets y smartphones, bien por cable o de forma inalámbrica.

● eReaders: otra de las promesas de la Ley Celáa es fomentar la lectura, que puede encontrar un buen aliado en los libros electrónicos, capaces de albergar miles de historias en formatos cada vez más entretenidos e interactivos.

● Micrófonos inalámbricos: gracias a los micrófonos, que se pueden acoplar en la ropa, el profesor ya no necesita gritar en clase.

Intercambio de apuntes, la educación más allá de las clases

La forma en la que los estudiantes se relacionan para aprender también encuentra aliados en las TIC. Así, por ejemplo, si ya hace años portales como Patata Brava hacían más fácil encontrar resúmenes o recuperar una lección por alguna clase perdida, hoy existen plataformas más modernas como Wuolah, donde los alumnos incluso pueden ganar dinero en base a las descargas que logran. Según informa 20 BITS, más de 500.000 estudiantes (1 de cada 3 universitarios) lo usan, aunque se ha ganado el descontento de muchos profesores.