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El presidente estadounidense, Donald Trump, ha intentado contener el posible impacto electoral de su respaldo a la industria de los combustibles fósiles, al presumir de que sus medidas han situado a Estados Unidos entre los países con un medioambiente más “limpio”.
El presidente asegura que su país tiene uno de los aires y aguas "más limpios" del planeta
Trump, ha presumido este lunes de que, gracias a su política medioambiental, EEUU está "liderando la lucha contra la contaminación en el mundo a la vez que promueve los combustibles fósiles", un discurso que los grupos verdes del país han calificado de "fantasía".
En un discurso destinado a reivindicar el presunto “liderazgo” internacional de EEUU en la protección del medioambiente.
Trump no mencionó en ningún momento la crisis climática
Un fenómeno ante el que muestra un marcado escepticismo que le ha dejado aislado en el plano global.
“Desde el principio, he dado instrucciones claras a mi equipo (…). Queremos el aire más limpio, queremos agua cristalina. Y eso es lo que estamos haciendo”, dijo Trump ante un centenar de personas en la Casa Blanca.
La oposición demócrata y numerosos grupos ecologistas criticaron el discurso de Trump.
En 2017 ordenó la retirada de EEUU del Acuerdo de París sobre el clima
Trump ha erosionado más de 80 medidas destinadas a proteger el medioambiente en su país.
Varias encuestas internas han revelado que su política medioambiental podría perjudicarle en 2020, en particular entre los jóvenes y las mujeres en zonas urbanas.
Lejos de reconocer la emergencia climática, Trump incidió en sus ataques al Acuerdo de París, nueve días después de que su rechazo a ese pacto marcara de nuevo una brecha entre EEUU y el resto de potencias en la declaración final de la cumbre del G20, en Japón.
“Ese plan radical no haría que el mundo fuera más limpio, sino que quitaría el trabajo a los estadounidenses, y rápidamente”, alegó Trump en referencia al “ineficaz, injusto” y “caro” Acuerdo de París.
El mandatario alegó que, a pesar de su rechazo a ese pacto que reúne a unos 200 países, “todos los que lo firmaron están por detrás de Estados Unidos en cuanto a la reducción de emisiones” con efecto invernadero.
Trump asegura que es un "creyente de la energía solar"
Aunque no mencionó el petróleo y el carbón, dos fuentes altamente contaminantes que su Gobierno se ha esforzado en revitalizar, Trump se vanaglorió de su impulso al gas natural y dijo que es “un creyente en la energía solar”, que tiene “un futuro tremendo”.
En cambio, Trump es muy crítico con las turbinas de energía eólica, de las que ha dicho que provocan cáncer, una afirmación que no tiene base científica.
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