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Dublín, 8 mar (EFE).- El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió hoy de que las conversaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) no avanzarán hasta que no se resuelva primero el futuro de la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Tusk lanzó ese mensaje después de reunirse en Dublín con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, con quien analizó el borrador del llamado "Acuerdo de Retirada" que aprobaron el pasado diciembre Londres y Bruselas y que, entre otros asuntos, garantiza que no habrá una barrera física estricta entre las dos Irlandas tras el "brexit".
Ambos presentaron un frente común ante el Gobierno británico, pues su primera ministra, la conservadora Theresa May, rechaza ahora ese principio de acuerdo e insiste en que todo el Reino Unido, incluida Irlanda del Norte, saldrá de la unión aduanera y el mercado único.
May no quiere, como propone Bruselas en ese texto legal, que la provincia se mantenga dentro de esos espacios económicos, pero tampoco plantea "soluciones realistas" para evitar el establecimiento de una "frontera dura" que imponga restricciones a la libre circulación de bienes y personas en la isla y perjudique al proceso de paz, recordó hoy Tusk.
"Mientras el Reino Unido no presente una solución, es difícil imaginar que se logren progresos sustanciales en las negociaciones sobre el 'brexit'. Si alguien cree en Londres que las negociaciones pueden abordar otros asuntos antes que la cuestión irlandesa mi respuesta es: Irlanda primero", recalcó el dirigente comunitario.
Asimismo, Tusk comunicó a Varadkar que "todos los líderes" de la UE, "sin excepciones", siguen apoyando la posición de Dublín de cara al comienzo este mes de la segunda fase conversaciones sobre este divorcio, cuando definirán qué tipo de relación tendrán ambos bloques.
"El 'brexit' es una cuestión que atañe a los Veintisiete, incluida Irlanda, y al Reino Unido, en lugar de solo a Irlanda y al Reino Unido", declaró Tusk, en referencia a las voces que desde Londres consideran que la posición de Dublín respecto al asunto de la frontera es intransigente y que entorpecerá el avance de las negociaciones.
En este sentido Varadkar agradeció hoy el respaldo de sus socios y señaló que su "opción preferida" para evitar el establecimiento de una frontera estricta es a través de un "amplio" acuerdo final de separación que "favorezca una estrecha relación" entre los dos bloques.
"Eso, por supuesto, obliga al Gobierno del Reino Unido a aportar más detalles. Sin embargo, debemos tener la certeza de que si la mejor opción no es realizable, se aplicará la opción que prevé mantener a Irlanda del Norte alineada totalmente con las reglas del mercado único", agregó el dirigente democristiano irlandés.
En teoría, esa "alineación reguladora" mantendría a la provincia británica dentro de la unión aduanera y el mercado único, al tiempo que podría situar la nueva frontera entre el Reino Unido y la UE en el mar del Irlanda.
Este posible escenario es rechazado tajantemente por el ultraconservador Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa y socio del Ejecutivo de May, quien depende de sus diez diputados en Londres para gobernar en minoría.
Los unionistas creen que una frontera en el mar de Irlanda afectaría a la economía y a sus vínculos con el Reino Unido, más aún cuando, en su opinión, el partido nacionalista Sinn Féin, principal representante de la comunidad católica norirlandesa, quiere aprovechar el "brexit" para avanzar hacia la reunificación de la isla.
Tusk y Varadkar también abordaron hoy los principales puntos del borrador de directrices que marcarán la segunda fase de negociaciones, entre las que se propone que la futura relación con Londres se plasme en un acuerdo de libre comercio sin tarifas, que cubra todos los productos y también los servicios.
A este respecto, el Reino Unido cree que podría lograr un acuerdo de libre comercio que permita a sus bancos después del divorcio continuar ofreciendo servicios financieros en los países comunitarios, según planteó ayer su ministro de Economía, Philip Hammond.
"Debemos dejar claro que, cuando hablamos de servicios financieros, la situación será diferente tras el 'brexit'", advirtió hoy Tusk, al rechazar de plano esa propuesta de Londres.
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