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Tokio, 19 oct (EFE).- La compañía nipona de estructuras antiterremotos KYB admitió hoy que empleó materiales irregulares en sus sistemas de protección sísmica, lo que amplía el escándalo de defectos en sus controles de calidad que afecta a numerosos edificios de Japón.
La empresa, líder del mercado nipón de dispositivos de amortiguación y aislamiento sísmico, usó materiales que no contaban con los certificados de calidad necesaria entre 2005 y el pasado septiembre, una irregularidad que afecta a 165 edificios en todo el país.
La revelación realizada hoy por responsables de KYB en rueda de prensa se suma al falseo de datos técnicos admitido esta semana por la misma empresa, que tuvo lugar desde 2003 y que afecta a cerca de un millar de edificios.
Estas irregularidades han generado inquietud sobre la seguridad de los numerosos inmuebles afectados, entre los cuales se encuentran la emblemática torre SkyTree de Tokio o varias de las instalaciones olímpicas para 2020, en caso de que se produzca un terremoto de intensidad significativa.
El Ejecutivo nipón, no obstante, descartó en la víspera que este caso haya incrementado el riesgo de que los edificios en cuestión se derrumben ante un eventual seísmo de elevada magnitud, y señaló que ha ordenado a KYB reemplazar los dispositivos irregulares y pedido a otras empresas del sector realizar inspecciones en profundidad.
Japón se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que la normativa estatal obliga a equipar los edificios e infraestructuras con dispositivos para aguantar los temblores.
Las irregularidades de KYB se debieron al desconocimiento de los requerimientos de calidad por sus empleados o a que estos manipularon los datos técnicos para reducir la carga burocrática, según explicaron los responsables de la empresa.
Este caso es el último en una serie de escándalos similares entre compañías japonesas, entre ellas la metalúrgica Kobe Steel, cuyo falseo sistemático de datos para inspecciones de calidad salpicó a algunos de los principales fabricantes automovilísticos, ferroviarios y aeronáuticos del país.
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