Lectura fácil
Ponerse una vacuna ha pasado de ser una actividad de riesgo a un hecho bastante cotidiano. Desde la llegada de la pandemia, los expertos no dejan de insistir en la importancia de las vacunas para nuestro organismo, también en la vacuna de la gripe, a pesar de sus efectos secundarios.
La vacuna de la gripe es una herramienta necesaria para prevenir la enfermedad
Gran parte de la población ya ha aprendido a enfrentarse a los miedos en relación al tema de las vacunas. Desde que la pandemia llegó a nuestras vidas, la mayoría hemos optado por inyectarnos las dosis correspondientes para luchar contra el Covid, a pesar de la desconfianza y la incertidumbre. Ahora hemos pasado a la época de la vacuna de la gripe.
La época de la gripe ya ha llegado y muchos temen las consecuencias de su infección. Sin embargo, la vacuna de la gripe se mantiene activa para toda la población, una herramienta de protección que, según los expertos, nos asegura una protección necesaria para nuestro organismo.
Uno de los temas que más preocupa a la población son los posibles síntomas de la vacuna. Esto ha hecho que muchas personas no quieran vacunarse, sobre todo desde que lo hicieron contra el Covid-19. Sin embargo, los efectos secundarios son muy similares a los de un resfriado: malestar, fiebre, náuseas...
Un año más, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a la población inyectarse la vacuna de la gripe para evitar posibles complicaciones de la enfermedad, sobre todo hacia las personas más vulnerables. Cabe destacar que su efectividad variará en función de varios factores.
Gran parte de la población no apuesta por la vacuna
Al igual que ha ocurrido con la vacuna del Covid, muchas personas no están a favor de la vacuna de la gripe, ya sea por malas experiencias o por temor. Según un estudio del Ministerio de Sanidad, estas son las posibles causas por las que existe reticencia hacia la vacunación:
- La temporalidad de la eficacia de la vacuna.
- La convicción de que la gripe se trataba de una infección común y poco peligrosa.
- La imagen de los laboratorios científicos.
- La variedad de criterios de las comunidades autónomas en función de los grupos de riesgo.
- Las “fracturas” en el discurso de los médicos.
- La baja conciencia sobre que no solo se es receptor de la gripe, sino también transmisor.
- El indeterminado concepto de grupo de riesgo o grupo diana.
- El miedo ante la posibilidad de nuevos efectos secundarios.
Según informan desde el portal Statista, la cobertura de vacunación antigripal en la población adulta ha experimentado un importante descenso. Aun así, durante 2021-2022, el 69,4 % de la población perteneciente al grupo de población mayor de 65 años, ha aceptado vacunarse contra la gripe.
A pesar de ello, los expertos insisten en elaborar buenas estrategias de comunicación y colaborar con el personal sanitario para aumentar el porcentaje de personas que accedan a la vacuna de la gripe. Aun así, queda un largo camino por recorrer.
Mientras tanto, Sanidad recuerda una situación similar en cuanto al Covid, destacando el peligro de que ambos virus se unan y produzcan efectos muy graves en los ciudadanos.
Añadir nuevo comentario