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Plan International alertó de que “el acceso desigual a las vacunas” contra el coronavirus “pone en riesgo a una generación de niñas”, ya que una cuarta parte de la población mundial, alrededor de 1.900 millones de personas, no serán inmunizadas hasta el año 2022, lo que alargará las consecuencias de la pandemia sobre muchas menores.
Los impactos de la pandemia han expuesto a las niñas a violencia y abusos, matrimonios infantiles, mutilación genital femenina y embarazos adolescentes, y amenazan con hacer retroceder décadas de avances en la educación de las niñas.
La vacunación contra la Covid-19 solo será eficaz si los gobiernos garantizan un acceso equitativo en los países de ingresos bajos y medios
De este modo, Plan International ha hecho un llamamiento a los Gobiernos de todo el mundo para que colaboren y garanticen un acceso universal a la vacuna, poniendo un foco especial en los colectivos más vulnerables para frenar la pandemia y sus impactos sociales.
Y es que, como alertó la ONG, a su juicio, la inmunización sólo será eficaz si se garantiza un “acceso equitativo a la vacuna en los países de ingresos bajos y medios”, ya que, de lo contrario, “no solo se dificultará el control y el fin de la pandemia, sino que millones de niñas, adolescentes y jóvenes se enfrentarán a mayor riesgo de violencia y un retroceso en décadas de avances por sus derechos”.
Más de 1.900 millones de personas, un cuarto de la población mundial, no tendrán acceso a la vacuna hasta 2022
Millones de niñas y adolescentes están sufriendo los impactos derivados de esta crisis. Una pandemia prolongada en el tiempo seguirá agravando las desigualdades sociales, económicas y de género ya existentes, y tendrá efectos devastadores en los países y grupos más vulnerables.
Por tanto, es importante que los países de ingresos bajos y medios dispongan de una cantidad suficiente de vacunas que les permita vacunar a su población.
Los países ricos no solo tienen la obligación de garantizar el derecho a la salud de su ciudadanía, sino también de ayudar a otros a hacerlo. Esto implica, entre otras cuestiones, evitar comprar la mayor parte del suministro de vacunas del mundo y reducir el acceso a las vacunas en otros lugares. Es importante crear una mayor cooperación entre países, trabajando conjuntamente para compartir conocimientos y aumentar las dosis disponibles, y asignando una financiación sostenible y adecuada para apoyar el suministro de vacunas para los países más pobres a través de iniciativas como el mecanismo COVAX.
Actualmente, se estima que sólo 1 de cada 10 personas en 67 de los países más pobres del mundo podrá ser vacunada en 2021, lo que representa una grave violación del derecho al acceso asequible y no discriminatorio a la vacuna. Desde Plan International apoyan el llamamiento de la ‘People’s Vaccine Alliance’ para que las vacunas sean consideradas como un bien público mundial, de forma que sean distribuidas gratuita y equitativamente en función de las necesidades de la población.
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