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El matrimonio infantil es una práctica tradicional que se lleva a cabo en numerosos países y que supone una grave violación de los derechos de los niños y las niñas, impide la libertad física de la persona, así como su capacidad de decidir su futuro por sí misma. Cada 2 segundos una niña es obligada a casarse, según un estudio.
Los padres tienden a pensar que las niñas no tienen futuro si no se casan
Los factores subyacentes del matrimonio infantil son complejos y están interrelacionados. Las razones varían dentro de los países y entre ellos en función de las circunstancias individuales y los contextos sociales.
Esta práctica es un problema que afecta especialmente a los países en desarrollo, donde una de cada tres niñas se casa antes de los 18. Las niñas de los hogares pobres tienen más del triple de probabilidades de contraer matrimonio antes de cumplir la mayoría de edad que las que viven en países desarrollados, según la ONG Plan International.
Muchas niñas contraen matrimonio de manera forzada
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia matiza que el matrimonio infantil viola los derechos humanos independientemente de si la persona involucrada es un niño o una niña, pero "sin duda se trata de la forma más generalizada de abuso sexual y explotación de las niñas" con el agravante de que ellas corren el riesgo de morir durante el embarazo o el parto.
La mayoría de casos de matrimonios infantiles se dan en Asia meridional y en zonas de África oriental y occidental, donde más del 40% de las niñas contraen matrimonio de manera forzada según el informe 'El derecho de las niñas a decir no'.
¿Qué países permiten el matrimonio infantil?
Trece millones de menores casadas en el mundo viven en África y si continúa la tendencia actual, esta cifra podría duplicarse para finales de este año 2020. En Sudán las niñas pueden casarse después de cumplir 10 años y en otros países como Tanzania o Angola antes de los 15.
Afganistán, Kazajistán y Pakistán son algunos de los países asiáticos que permiten casarse a la edad de 16 años, pero aunque casi todos los Estados de Asia tienen leyes que prohíben el matrimonio de los menores, las tasas siguen siendo elevadas. El 46% por ciento de niños y niñas se casan antes de cumplir los 18 años.
En América latina y el Caribe, el 29% de las niñas son víctimas del matrimonio infantil, mientras que en Asia oriental y el Pacífico el porcentaje ronda el 18%, ligeramente por encima de los países árabes (15%). En algunos de estos últimos, como es el caso de Arabia Saudí, la edad mínima se sitúa en los 10 años, mientras que en Yemen no existe una edad mínima para contraer matrimonio.
En España, los menores se pueden casar desde los 16 años
Hasta el año 2015, los menores españoles podían solicitar a un juez casarse a partir de los 14 años, pero con la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, se elevó la edad mínima a los 16 años siempre que el enlace cuente con el consentimiento de los padres o que un juez haya autorizado la emancipación del menor.
El matrimonio infantil, en general, es fruto de una combinación de pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de los niños y las niñas. Estos factores con frecuencia se agravan por un acceso limitado a una educación de calidad y a oportunidades de empleo, y se ven reforzados por las normas sociales y culturales fuertemente arraigadas, según la ONU.
Las consecuencias del matrimonio forzado
Las consecuencias del matrimonio infantil forzado son físicas, psicológicas y emocionales, además de sociales y económicas. Las niñas casadas en la infancia tienen pocas probabilidades de asistir a la escuela, con frecuencia se las trata como mujeres adultas y generalmente deben cargar con las funciones y responsabilidades de los adultos, sin que importe su edad.
Las niñas que se casan precozmente en matrimonios concertados son más vulnerables a sufrir violencia, abusos y relaciones sexuales forzadas. Dado que no pueden evitar las relaciones sexuales ni insistir en el uso del preservativo, las niñas/novias menores de edad se exponen a graves riesgos para su salud, a infecciones de transmisión sexual (cada vez más, al VIH/SIDA), y presentan niveles bajos de salud sexual y reproductiva.
El embarazo precoz es una de las causas y consecuencias más peligrosas del matrimonio infantil
Los embarazos precoces en niñas y menores de 18 años tienen un riesgo mayor para la madre y para el bebé que los embarazos de mujeres mayores de 20 años. En este tipo de embarazos adolescentes, el riesgo de que el bebé muera en su primer año de vida es de un 60% más que el de un bebé nacido de una madre mayor de 19 años. Incluso si el niño sobrevive, tiene más probabilidades de sufrir desnutrición, bajo peso al nacer, o problemas de desarrollo físico y cognitivo.
Recomendaciones
El estudio del Fondo de Población y la ONG Plan internacional hecho en Bolivia, Brasil, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Guatemala propone varias recomendaciones a los países para combatir este flagelo entre las que se encuentran:
- Trabajar para cambiar las normas comunitarias sobre el potencial y los roles de las niñas en la vida.
- Fortalecer las voces de las niñas como agentes de cambio para que ellas hablen por sí mismas y por los demás y expresen su opinión en contra del matrimonio infantil.
- Involucrar a los medios de comunicación para abordar, contrarrestar y transformar las normas que dan forma a los roles de género tradicionales y limitan las oportunidades de las niñas.
- Trabajar con líderes comunitarios para reducir la tolerancia social a estas uniones.
- Permitir y alentar a las niñas a completar la escuela secundaria, y fortalecer los sistemas educativos que lo hacen posible
- Incluir medidas que aborden la pobreza e incentivos económicos.
- Fortalecer las oportunidades de autonomía económica de las niñas, fomentar la solidaridad intergeneracional y fortalecer a las familias, brindándoles a padres y madres las habilidades y la información para implicarse y proteger a sus hijos.
- Ampliar el acceso equitativo a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, asequibles, sensibles al género, y adaptados a las necesidades de adolescentes y jóvenes.
- Desarrollar y hacer cumplir un sólido marco legal en contra del matrimonio infantil que armonice las leyes pertinentes.
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