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La producción a gran escala de las vacunas de la Covid-19 se enfrenta a la escasez de materias primas necesarias para producir 16.000 millones de dosis, lo cual complica el suministro de las vacunas. Disponer de vidrio y goma para los viales, de jeringuillas, o de lípidos es también clave para poder inyectarlas.
Problemas para producir un suministro de 16.000 millones de vacunas
Las farmacéuticas se enfrentan en estos momentos a dos problemas principales: la escasez de los productos implicados en la cadena de suministro y las tensiones políticas entre países por conseguirlos para producir unas 16.000 millones de dosis (contando dos dosis por vacuna).
Pedro Alsina, director de Relaciones Institucionales de Sanofi Pasteur y experto en vacunas, ha advertido que “la situación es inédita, no hay capacidad de producción suficiente, el mercado no estaba preparado para una demanda como ésta”, porque estamos ante una demanda mundial de dosis sin precedentes.
Asimismo, ha afirmado que “el ecosistema de las vacunas es muy frágil: hay muy pocos productores a nivel mundial y los que abastecen a estos productores también son muy pocos”. En esta situación, algunos países, como EE.UU., están bloqueando la exportación de productos críticos y escasos.
La complicada cadena global de las dosis
La cadena de producción de las dosis son complicadas. Hasta que una dosis es inyectada, el proceso es largo, complejo y global, teniendo en cuenta que involucra a varias países. La de AstraZeneca, por ejemplo, depende de 15 países, mientras que la de Novavax depende de diez.
En la de Moderna están implicados Estados Unidos, Suiza, Suecia y España, ya que el llenado y acabado de las dosis destinadas fuera de Estados Unidos se hace en los laboratorios Rovi de Madrid. Por el contrato, la cadena de Pfizer se centraliza todo en Estados Unidos.
Faltan jeringuillas, los tapones de goma, las agujas, etc.
La escasez empieza a hacer mella, lo cual genera tensiones políticas que ya estamos viendo entre países que quieren ser todos el primero en inmunizase. Los principales ingredientes que están alimentando la batalla son, desde los nanolípidos hasta el vidrio necesario para fabricar los viales.
Pero también las jeringuillas, los tapones de goma, las agujas, etc. Stéphane Bancel, director ejecutivo de Moderna, ya lo advirtió en enero, “si falta una materia prima, no podemos empezar a fabricar el producto”.
Los lípidos juegan un papel esencial
En las dosis de Pfizer y Moderna, los lípidos con la clave. Las moléculas de ARN mensajero son muy frágiles y hay que protegerlas antes de inyectarlas. Por eso, se usan nanopartículas de lípidos para protegerlas mientras viajan por el cuerpo humano, como si fueran un escudo biológico graso.
Sin embargo, es imposible producir miles de millones de dosis de vacunas de ARNm rápidamente por la falta para producir este tipo de nanopartículas de lípidos y los países que sí pueden producirlas están bloqueando su exportación. Es el caso de EE.UU, que está recurriendo a la Ley de Producción de la Defensa para bloquear este y muchos otros productos imprescindibles para fabricar las vacunas.
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