Coronavirus: Buenas prácticas en la playa para un disfrute seguro este verano

En este verano de 2020, el coronavirus nos ha cambiado todas las reglas del juego. En los meses del año que más compartimos con los demás y más disfrutamos de las actividades sociales, debemos de estar atentos para no contagiarnos. Pero, ¿realmente supone un riesgo elevado ir a la playa?

¿Cómo disfrutar del verano en la playa sin contagiarnos?

A pesar de que estamos en periodo estival y posiblemente de vacaciones, no podemos olvidarnos de la distancia social, de evitar las aglomeraciones, de optar por lugares al aire libre antes que lugares cerrados, de usar la mascarilla y los geles hidroalcohólicos.

Según los expertos, con las evidencias científicas disponibles hasta el momento, estos son los ingredientes que aumentan o disminuyen el riesgo de contagio de coronavirus y pueden servir como guía para valorar qué actividades realizar este verano. 

Distancias y al aire libre

Por lo tanto, cuanto más tiempo pasemos a una distancia menor de 2 metros de otras personas, mayor riesgo de contagiarnos. Y esa probabilidad de riesgo aumenta exponencialmente si estamos en un lugar cerrado y mucho más si está abarrotado de gente.

Por consiguiente, si se respeta la distancia social, pocos entornos estivales son tan seguros, aunque el riesgo cero no existe, como una playa soleada en la que sopla la brisa marina para evitar la transmisión de la COVID-19.

Optar por espacios abiertos, aireados y con pocas personas

Por el contrario, si decidimos comernos un choquito a la plancha en el interior de un restaurante abarrotado, seguir una clase de zumba en un club social o asistir a una comunión en una iglesia, son opciones poco recomendables por el riesgo elevado de contagio que suponen.

Realizar actividades en el exterior, respetando la distancia de seguridad, usando mascarilla, y con lavado frecuente de manos, suponen un riesgo menor de contagio. 

Es muy poco probable que haya transmisión del virus entre personas en el agua

Disfrutar de la playa o la piscina, dos de las actividades estrella del verano, incluso tomarse algo en un chiringuito, puede ser bastante seguro. En relación a bañarnos en el mar o en piscinas, un estudio realizado por el CSIC, liderado por Joan Grimalt, investigador del Institut de Diagnòstic Ambiental i Estudis de l’Aigua (Idaea), en Barcelona, concluye que es muy poco probable que haya transmisión del SARS-CoV-2 entre personas en el agua.

En el caso concreto del mar, experimentalmente se ha comprobado que la sal desactiva o destruye el virus. A eso se suma, como ocurre con el aire, la dilución del virus en el agua, lo que rebaja al mínimo su poder de infección.

Mantener las distancias también en el agua

Eso sí, recalca el informe, hay que mantener los dos metros de distancia interpersonal dentro y fuera del agua y evitar hacer corrillos con personas que no son de nuestro núcleo familiar. También usar mascarilla de seguridad al acceder y salir de la playa y en zonas comunes, como las duchas, donde es aconsejable evitar amontarse haciendo cola para usarlas.

El informe del CSIC también destaca que la arena no es una superficie propicia para que el virus sobreviva, pero advierte que algunos objetos, que aunque no deberían, suelen estar en la playa, como restos de colillas o vasos de plástico, sí podrían tener restos virales, por lo que se debería asegurar la limpieza frecuente de playas.

No compartir juguetes, hinchables, ni tumbonas

No es aconsejable compartir objetos, ni juguetes de playa los niños, ni hinchables, ni kayaks, sombrillas ni tumbonas si no tenemos la certeza de que se han desinfectado. En piscinas, un porcentaje de cloro de 0,5 mg por litro asegura aguas libres de virus.

En cambio, en ríos, presas o pozas la supervivencia del virus, alerta el CSIC, podría ser mayor, por lo que hay que extremar precauciones y evitar aglomeraciones de gente en estos lugares.