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Las mujeres desempleadas víctimas de la violencia de género, en muchos casos, necesitan trabajar para precisamente salir de la situación de maltrato en la que se encuentran, ser autosuficientes, no depender de nadie, sentirse útiles y valoradas.
La pandemia ha reforzado la invisibilidad de la violencia de género
Hoy, 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Con este motivo, y por octavo año consecutivo, la Fundación Adecco ha presentado el informe 'Un empleo contra la violencia', que ha realizado con la colaboración de Aqualia, Consum, Grupo Red Eléctrica, PRAHealthSciences, Talgo, Ucalsa y la firma de servicios profesionales EY.
En el contexto en el que vivimos actualmente, marcado gravemente por la crisis socio-sanitaria de la Covid-19, es realmente complicado encontrar trabajo, ya que se están quedando sin él miles de personas, mientras que otras tantas miles están en ERTE. No obstante, las desempleadas víctimas de la violencia de género siguen precisando de un empleo que una inmensa mayoría de ellas no confía en encontrar.
Una inmensa mayoría no confía en encontrar trabajo
El objetivo del estudio social de Fundación Adecco es visibilizar la situación de las mujeres víctimas de la violencia de género, dando pie al desarrollo de iniciativas dirigidas a su inclusión laboral.
Concretamente, el análisis se ha basado en una encuesta a 350 desempleadas víctimas de la violencia de género, complementada con algunas cifras de otras fuentes e informes de referencia.
Una de las conclusiones más llamativa de la investigación es que una inmensa mayoría no confía en encontrar trabajo en este mercado laboral marcado por la pandemia. A pesar de que el 95 % de estas mujeres ve en el empleo un aliado para superar su situación, el 85 % creen que tardarán más de un año en encontrar una ocupación estable.
Falta sensibilización en las empresas ante esta realidad
Los datos son bastante pesimistas. En concreto, un 54 % prevé que encontrará una ocupación estable dentro de 1-2 años; un 25 % de ellas cree que tardarán más de 2 años; y un 6 % llega a pensar que no la encontrarán nunca.
Además, el 52 % de las desempleadas víctimas de la violencia de género creen que aún existe un gran estigma en las empresas, ya que no están suficientemente sensibilizadas y asocian violencia de género a “una personalidad insegura y/o problemática”, por lo que prefieren no contratarlas.
Las desempleadas víctimas de la violencia de género prefieren el trabajo presencial
Según apunta el estudio, el 89 % de las encuestadas prefieren la modalidad presencial al teletrabajo debido al temor a quedarse aisladas en su domicilio y a las dificultades para construir lazos y redes de apoyo sólidos.
Muchas organizaciones han determinado que la pandemia ha reforzado la invisibilidad de la violencia de género, lo cual también ha quedado patente en las cifras. Las denuncias han descendido un 12,4 % en lo que llevamos de año. Por comunidades autónomas, los mayores descensos se han producido en Aragón (-22,3 %), Comunidad de Madrid (-15,8 %), Cataluña (-15,4 %), Andalucía (-14,8 %) y Castilla y León (-14,7 %).
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