Estrategias para prevenir la violencia de género en el momento de la separación

Cuando las víctimas de violencia de género deciden irse, a menudo se enfrentan a un riesgo significativo, ya que muchos agresores no aceptan la separación. A pesar de los recursos como el servicio 016 y la plataforma WRAP del Ministerio de Igualdad, la protección se activa principalmente con denuncias, que no siempre se presentan. 

Las mujeres víctimas de la violencia machista temen huir de sus hogares 

Cuando las víctimas de violencia de género deciden alejarse de sus agresores, se enfrentan a un momento crítico. La mayoría de los maltratadores tienen dificultades para aceptar la pérdida y pueden reaccionar de manera peligrosa. 

El Ministerio de Igualdad ofrece apoyo a través del servicio 016 y la plataforma WRAP, que proporciona recursos de prevención y ayuda. Sin embargo, muchas de estas medidas de protección solo se activan tras una denuncia formal, y muchas víctimas dudan en denunciar por temor a perjudicar a sus agresores. Miguel Lorente, experto en la materia, advierte que incluso el proceso de recoger pertenencias puede ser un momento de alto riesgo, a pesar de que la víctima no siempre lo perciba. 

El punto de no retorno en la violencia de género: Una amenaza oculta 

Marina Okarynska nunca imaginó que su visita a la casa de Sergio Morate, su exnovio, para recoger algunas pertenencias terminaría en tragedia. No había presentado una denuncia previa ni tenía planes de hacerlo. Su relación había terminado hacía tiempo, y ella incluso se había casado desde entonces. Sin embargo, la ruptura fue algo que Sergio no pudo aceptar. 

La separación representa uno de los momentos de mayor riesgo en casos de violencia de género, ya que implica una pérdida de control para el agresor. Según expertos, el punto de no retorno, el momento en que el agresor se decide a cometer un acto violento, puede desencadenarse cuando perciben que la víctima no regresará. Esto puede suceder cuando la víctima deja el hogar o solicita el divorcio, dependiendo de la percepción del maltratador. 

Lo preocupante es que las víctimas de la violencia de género no siempre reconocen este riesgo y a menudo acuden a situaciones peligrosas sin haber presentado una denuncia previa. De hecho, el 80 por ciento de las mujeres asesinadas por violencia de género nunca había denunciado. Esto plantea la necesidad de adoptar enfoques más amplios para ayudar a las mujeres a salir de situaciones de violencia, considerando sus circunstancias individuales y no forzándolas a denunciar como única solución. 

Después del trágico asesinato de Marina Okarynska y Laura Del Hoyo, varias organizaciones de apoyo a las mujeres que sufren violencia de género señalaron la deficiencia en la activación de mecanismos de protección en ausencia de denuncia previa. A pesar de las actualizaciones en los protocolos de prevención y protección, todavía existe la limitación de que los protocolos de protección solo se activan cuando se presenta una denuncia.

Todo esto plantea la pregunta: ¿qué sucede cuando la víctima no ha pedido ayuda? Los expertos enfatizan la importancia de detectar la violencia, brindar asesoramiento y acompañamiento como medidas preventivas y no culpar a las víctimas por no haber denunciado.