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Desde 2003, la violencia machista ha dejado a 1.862 menores huérfanos tras el asesinato de sus madres, según datos de la Fundación Mujeres. Sin embargo, esta cifra podría ser aún mayor debido a la falta de un sistema riguroso y sistemático de recopilación de información.
Así lo señaló Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, durante una rueda de prensa celebrada el pasado jueves en Madrid. En su intervención, pidió la creación de un protocolo común para atender a estos huérfanos de la violencia machista en todas las comunidades autónomas, ya que en regiones como Canarias, Cantabria, Extremadura, Murcia, Navarra y La Rioja, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, no existen ayudas específicas para ellos.
Protocolo urgente contra la violencia machista
Por su parte, la presidenta de la fundación, Elena Valenciano, respaldó la solicitud de Soleto y subrayó la urgencia de establecer un protocolo de actuación para todos los organismos públicos en relación con la violencia machista. Valenciano recordó que un mecanismo similar ya se implementó para los familiares de las víctimas de ETA, lo que demuestra que es posible llevarlo a cabo de manera rápida y eficaz.
Además, destacó el impacto que estos asesinatos tienen en las familias, especialmente en los hijos, quienes muchas veces quedan bajo el cuidado de parientes que, en algunos casos, deben abandonar sus empleos. También criticó la falta de recursos en los servicios sociales municipales, encargados de gestionar estas ayudas, y la falta de preparación en algunos casos para afrontar este problema.
Apoyo a huérfanos de hasta 26 años
Ambas subrayaron con énfasis la urgente necesidad de que el apoyo a los huérfanos que han sufrido la violencia machista no se limite a la mayoría de edad, es decir, no se extinga al cumplir los 18 años, sino que se extienda hasta los 26 años. Según señalaron, ningún joven de esa franja de edad puede, en la situación actual de España, lograr una verdadera independencia económica o personal, ya que los desafíos y las barreras que enfrentan son enormes. Por tanto, consideran crucial que este tipo de ayuda continúe hasta esa edad para brindarles una oportunidad real de desenvolverse de manera autónoma y sin la carga del trauma de haber perdido a su madre por violencia de género.
En este mismo contexto, Soleto manifestó su preocupación por la reciente propuesta de las 462 medidas contenidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que el Congreso de los Diputados tiene previsto aprobar en un futuro cercano. De estas medidas, únicamente cinco están específicamente dirigidas a los huérfanos que han quedado a merced de la violencia machista. A pesar de esto, Soleto expresó su esperanza en que, dado que el pacto aún no ha sido aprobado de forma definitiva, pueda haber tiempo para mejorar y ajustar la inclusión de más medidas que favorezcan a este colectivo tan vulnerable.
Fundación Soledad Cazorla
Por otro lado, la Fundación Soledad Cazorla ha estado ofreciendo su apoyo a los huérfanos de violencia de género a través de un fondo de becas durante los últimos ocho años. Hasta el 31 de diciembre de 2024, dicho fondo ha entregado un total de 252 becas, con un valor global de 464.000 euros, lo que ha beneficiado a 119 huérfanos de esta tragedia social. Este fondo se ha convertido en un pilar fundamental para ofrecer a estos jóvenes oportunidades de continuar su educación y mejorar su calidad de vida.
Además de estas becas, la Fundación también ha estado brindando asistencia a 71 familias que han acogido a menores que han perdido a sus madres a consecuencia de la violencia machista. En paralelo, el servicio de asesoramiento legal gratuito de la Fundación ha atendido hasta la fecha un total de 269 consultas, proporcionando orientación legal a quienes más lo necesitan para enfrentar las dificultades que surgen tras la tragedia.
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