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Cerca de 17.000 profesionales de la salud han fallecido por Covid-19 en el último año, lo que supone el fallecimiento de un trabajador sanitario cada 30 minutos a nivel mundial, según Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional, organización que junto Servicios Públicos (ISP) y UNI Global Union, ha hecho un mapeo del sector profesional de la sanidad fallecido por Covid-19 desde el inicio de la pandemia.
Sector sanitario: Uno de los sectores más expuestos al virus
“Es una tragedia y una injusticia”, lamenta Cockburn, cuyo estudio se ha basado en datos facilitados por gobiernos, sindicatos y organizaciones profesionales de 70 países. Además, esta estimación admite no obstante que muchas estadísticas están infraestimadas.
En el estudio, se alerta además de las “crecientes desigualdades en el acceso a las vacunas” y se piden medidas para asegurar que “un trabajador sanitario de Perú esté tan protegido como una médica en Reino Unido”.
De momento, “más de la mitad de las dosis disponibles en todo el mundo se han administrado en tan sólo 10 países ricos donde vive menos del 10 % de la población mundial”, indica el informe, mientras que “en más de 100 países aún no han vacunado ni a una sola persona”.
Dado que muchos de los Estados más pobres van a recibir sus primeros lotes de vacunas en las próximas semanas y meses, las organizaciones pidieron a los gobiernos que incorporen en sus planes de vacunación a todo el personal sanitario de primera línea, incluidos algunos trabajadores que han sido ignorados de forma sistemática durante toda la pandemia (personal de limpieza, de salud comunitaria y de servicios sociales).
Según el trabajo de Amnistía Internacional, en España han muerto por coronavirus 92 sanitarios
“El personal sanitario de todo el mundo ha arriesgado su vida para intentar protegernos frente a la Covid-19 y, sin embargo, en demasiados casos lo han hecho sin contar con protección alguna, y han pagado el peor precio por ello”, destacó Cockburn .
En los países vecinos, Portugal y Francia, el Covid-19 ha segado la vida de 19 y 63 trabajadores de la sanidad. Irlanda contabiliza 12 fallecidos, Bélgica 10 y Países Bajos 25. En otros países del entorno las cifras son aún más dramáticas. En Alemania se contabilizan 143 sanitarios fallecidos, en Italia los fallecidos en este sector se elevan a 407 y en Reino Unido alcanzan las 931 muertes.
En un considerable número de países, el abandono del personal sanitario se ha convertido en una constante durante la pandemia
La inseguridad de las condiciones laborales, unida a la falta de equipos de protección individual (EPI), han generado enormes problemas para el personal sanitario de todo el mundo durante la pandemia, especialmente en las primeras fases.
Un informe de Amnistía Internacional de julio de 2020 reveló que prácticamente la totalidad de los 63 países analizados carecían de EPI suficientes. Algunos colectivos se han visto especialmente afectados por este abandono. En países como Malasia, México y Estados Unidos, el personal de limpieza, de servicios auxiliares y de servicios sociales han sufrido represalias, entre ellas despidos y detención, por exigir EPI y unas condiciones de trabajo seguras.
En un considerable número de países, el abandono del personal sanitario se ha convertido en una constante durante la pandemia. Hasta la fecha, 1.576 trabajadores y trabajadoras de residencias de personas mayores han muerto por Covid-19 en Estados Unidos. En el Reino Unido fallecieron 494 trabajadores y trabajadoras sociales en 2020. Además, las personas que trabajaban en residencias de mayores y como asistentes sociales tenían más del triple de probabilidades de morir por Covid-19 que la población activa en general.
Estas muertes de personal sanitario reflejan tan solo una parte del verdadero coste de la pandemia en todo el mundo. El virus no distingue entre un cirujano o cirujana y un enfermero o enfermera de una residencia de mayores o un asistente de atención domiciliaria. Del mismo modo, tampoco debe hacerlo nuestra estrategia sobre vacunación, distribución de equipos de protección y protocolos de seguridad.
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