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Somos conocedores y cada vez más conscientes del impacto negativo que tiene el dióxido de carbono en nuestra atmosfera. Uno de los principales precursores el cambio climático y fuente de contaminación, el CO2 es el principal escollo con el que se lleva batallando mucho tiempo. Sin embargo, el uso de combustibles fósiles y otros procesos, siguen emitiendo esta sustancia de forma abundante. ¿Qué pasaría si se pudiese producir energía aprovechando estos gases?
Este es el planteamiento con el que dos ingenieros han estado trabajando para desarrollar una turbina que se alimenta con CO2 , y que además es capaz de producir energía 'reciclada' de forma mucho más eficiente que una central térmica. Esta nueva innovación podría suponer un punto de inflexión para la transición hacia modelos más sostenibles y para el desahogo de la atmosfera de esos gases de efecto invernadero, que tantos inconvenientes tienen para los ecosistemas.
Producir energía limpia a través del CO2
Darryn Fleming y Logan Rapp tenían una meta: producir energía de forma más eficiente de la que se estaba haciendo hasta el momento. Estos dos ingenieros del Laboratorio Nacional de Sandía, en Nuevo México, Estados Unidos, presentaron a través de un comunicado de prensa a principio de agosto, su nuevo invento y la forma revolucionaria en la que puede llegar a funcionar. Algo que el gerente de la empresa, Rodney Keith calificó como "el primer puente hacia una generación de electricidad más eficiente".
Pero, ¿Por qué es tan revolucionario este nuevo invento? Lo verdaderamente importante del invento de estos ingenieros es la capacidad que tiene su turbina de producir energía a través de dióxido de carbono. Como añadido a esta proeza, está el hecho de que la turbina es capaz de duplicar la producción eléctrica de una central térmica, que puede llegar a alimentarse con energía nuclear, termosolar o de hidrocarburos altamente contaminantes.
¿Cómo funciona esta nueva tecnología?
Brayton es el nombre con el que han bautizado a su pequeña criatura estos investigadores. Brayton cuenta con un circuito cerrado con el que es capaz de aprovechar el líquido caliente y presurizado para hacer girar la turbina que tiene en su interior y de esta manera produciendo energía. La clave se encuentra precisamente en este líquido, ya que está compuesto por CO2 en estado supercrítico, es decir, que la condensación de este gas ha sido tan potente que lo han convertido en líquido para aprovecharlo.
La clave para que producir energía con este método sea más limpia, no radica solamente en que consuma dióxido de carbono, sino más bien en que este no es liberado al encontrarse en un sistema cerrado. El gas puede aprovecharse de forma ilimitada, al contar con un proceso de enfriamiento que lo estabiliza para poder reutilizarlo nuevamente. La temperatura que es capaz de alcanzar este líquido es de 315ºC, lo que supone una gran capacidad para suministrar energía.
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