En medio del horror que asola la población de Gaza, despojada de agua, electricidad y alimentos, y anticipándose a una invasión con fuego y sangre como respuesta a los ataques perpetrados por el grupo terrorista Hamás y la toma de rehenes en su masivo asalto a Israel el 7 de octubre, surgen preguntas cruciales. La presente situación arroja interrogantes sobre los beneficiarios de este derramamiento de sangre, los daños a largo plazo tanto en Israel como en Gaza, y las razones detrás del fallo de los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses.

Beneficiarios de la violencia en Gaza

La escalada de violencia en Gaza ha planteado la cuestión de quiénes podrían obtener ventajas en este conflicto. Una mirada inicial sugiere que uno de los principales beneficiarios podría ser Irán.

Durante años, Irán ha respaldado a Hamás, a pesar de las diferencias religiosas entre chiitas y suníes, proporcionándoles armas y financiación. El objetivo de Irán es desestabilizar la región y debilitar cualquier acuerdo que fortalezca a países como Israel y Arabia Saudita. Sin embargo, este enfoque puede generar consecuencias impredecibles en la región.

El factor Netanyahu y la seguridad en Israel

La crisis actual en Israel también pone de relieve una fractura interna histórica en el país. La gestión de Benjamin Netanyahu se ha centrado en la amenaza nuclear de Irán y los asentamientos en Cisjordania, descuidando la seguridad en Gaza.

Esto ha llevado a críticas en Israel, ya que se ha priorizado la seguridad de los colonos en Cisjordania en lugar de la de Gaza. Sin embargo, los servicios de inteligencia y el ejército israelíes han tenido éxito en numerosas ocasiones al evitar ataques terroristas, aunque estos logros a menudo pasen desapercibidos.

Posibles escenarios futuros

La incertidumbre rodea el posible desenlace de este conflicto. Las operaciones quirúrgicas en Gaza son complicadas debido a la densidad de población y la presencia de estructuras de varios pisos con conexiones subterráneas. Además, la milicia de Hamás no distingue entre civiles y militares.

La negociación podría ser una opción, pero esta se ha realizado en el pasado solo para casos individuales. La invasión a gran escala conlleva riesgos significativos para ambas partes.

Impactos en la población civil

La población civil sufre en ambos lados del conflicto. El Fondo de Población de las Naciones Unidas advierte que unas 50.000 mujeres embarazadas en la Franja de Gaza enfrentan una pesadilla debido a los ataques israelíes y el bloqueo. Además, gran parte de la población en el norte de Gaza carece de acceso a atención médica.

Estas cifras son estremecedoras y subrayan la necesidad de una solución que garantice la seguridad y el bienestar de la población civil.

Impacto en la región

La crisis en Gaza ha tenido un impacto en la región. La escalada de violencia en la frontera entre Israel y Líbano ha aumentado el temor a una mayor escalada. Hezbolá, que ha ampliado sus capacidades desde la última guerra en 2006, es un factor preocupante.

Además, la retórica y la tensión en Marruecos por la normalización de relaciones con Israel y en otros países árabes podrían tener consecuencias significativas para la diplomacia regional.

Consecuencias internacionales

La crisis en Gaza también tiene repercusiones internacionales. Francia, que se encuentra en alerta máxima tras un reciente ataque, teme un aumento de la amenaza terrorista. Además, Irán está aprovechando la situación para fortalecer sus lazos con Hamás y otros grupos, mientras Rusia busca cambiar el enfoque de la atención internacional de Ucrania a Israel. La consecuencia inmediata es la posible reducción de la ayuda a Ucrania.

La crisis en Gaza plantea una serie de interrogantes y desafíos, desde los beneficiarios de la violencia hasta las implicaciones internacionales. Los daños a largo plazo en la región y la seguridad de la población civil son cuestiones apremiantes. Se necesita una solución que aborde estos problemas y brinde estabilidad a una región marcada por la incertidumbre y el conflicto.