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Los niños y sus familias en Líbano apenas pueden satisfacer sus necesidades más básicas a pesar de reducir drásticamente los gastos, según un nuevo estudio de UNICEF. De hecho, un número cada vez mayor de familias tiene que recurrir a enviar a sus hijos e hijas, algunos de tan solo seis años, a trabajar, en un esfuerzo desesperado por sobrevivir a la crisis socioeconómica que azota al país.
Los resultados de la investigación dibujan un panorama dramático a medida que la crisis continúa escalando por cuarto año consecutivo, con consecuencias devastadoras para los niños y niñas.
Las crisis aumentan entre los niños del Líbano
“Las crisis cada vez mayores a las que se enfrentan los niños y niñas de Líbano están creando una situación insoportable: quebrantando su espíritu, dañando su salud mental y amenazando con acabar con su esperanza de un futuro mejor”, ha valorado el representante de UNICEF en Líbano, Edouard Beigbeder.
El informe revela que casi 9 de cada 10 hogares no tienen suficiente dinero para comprar artículos esenciales, lo que los obliga a recurrir a medidas extremas para hacer frente a la crisis.
Otros resultados que arroja el estudio:
- El 15 % de los hogares interrumpieron la educación de sus hijos, frente al 10 % de hace un año, y el 52 % redujo el gasto en educación (38 % el año pasado).
- Tres cuartas partes de los hogares han disminuido el gasto en tratamientos de salud, frente a 6 de cada 10 en 2022.
- Dos de cada cinco hogares se han visto obligados a vender posesiones familiares, frente a uno de cada cinco el año pasado.
- Más de 1 de cada 10 familias han enviado a sus hijos a trabajar como una forma de salir adelante, y esta cifra aumenta a casi 1 de cada 3 familias entre los niños y niñas sirios.
A pesar de estas desesperadas medidas, muchas familias no pueden pagar la cantidad y variedad de alimentos que necesitan y, además, no pueden asumir los gastos que implica recibir tratamiento médico.
La pobreza menstrual, las privaciones y la salud mental también siguen aumentando
La crisis en el Líbano también está aumentando la pobreza menstrual: algo más de la mitad de los encuestados sostienen que las mujeres y las niñas en el hogar no tienen suficientes artículos de higiene femenina, como compresas, y casi todos dicen que ahora son demasiado caros.
Muchos cuidadores admiten que la sombría situación les provoca un estrés persistente, lo que genera sentimientos de ira hacia sus hijos e hijas. 6 de cada 10 sintieron que querían gritarle a sus hijos y 2 de cada 10 pegarlos, en las dos semanas previas a cuando se realizó la encuesta.
Las crecientes tensiones, junto a las privaciones, están afectando gravemente a la salud mental de los niños y niñas. Casi 7 de cada 10 cuidadores dijeron que sus hijos parecían ansiosos, nerviosos o preocupados, y casi la mitad sostuvo que sus hijos estaban muy tristes o deprimidos todas las semanas.
Las brechas en el sistema nacional de protección social y el acceso limitado a los servicios básicos, especialmente de educación y salud, provocan que afrontar la crisis en el Líbano sea aún más difícil para las familias.
Unicef alerta de la situación
UNICEF insta al Gobierno del Líbano a implementar rápidamente la Estrategia Nacional de Protección Social (NSPS, por sus siglas en inglés), recientemente elaborada, que incluye planes para proporcionar subsidios sociales a quienes más los necesitan, incluidas las familias vulnerables con niños y niñas.
UNICEF también invita a las autoridades a invertir en educación, mediante reformas y políticas nacionales, para garantizar que todos los niños y niñas, pero en particular los más vulnerables, tengan acceso a una educación inclusiva y de calidad.
“El aumento de la inversión en servicios esenciales para los niños y niñas, de manera crítica la educación, la salud y la protección social, ayudará a mitigar el impacto de la crisis, garantizará el bienestar y la supervivencia de las generaciones futuras y contribuirá a la recuperación económica”, agregó Beigbeder.
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