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Pocas posibilidades existen de que algún argentino en cualquier parte del mundo permaneciera ajeno a lo que estaba ocurriendo en Qatar el pasado domingo. La final del Mundial de Fútbol 2022 enfrentó a dos colosos del deporte como son Argentina y Francia. Y también lo hizo con dos titanes del panorama actual de este deporte: Lionel Messi y Kylian Mbappé.
Y es que el camino que siguió la selección argentina durante este mundial, traspasó el simple interés de la población de este país y se convirtió en un auténtico símbolo. Símbolo de unidad en momentos muy tensos a nivel político, y símbolo de esperanza en país que actualmente pasa por una importante recensión económica.
Un símbolo que iba capitaneado por el mejor jugador de fútbol que ha dado este Argentina, después de Diego Armando Maradona, y que acompañado de su sombra, luchó por conseguir el último de los títulos internacionales, e importantes, que le quedaban por conseguir. Así, Messi, lo dio todo por el sueño que se le había estado escapando hasta este momento: levantar la Copa del Mundo.
Lionel Messi, una leyenda viva del fútbol
Un conocido restaurante argentino, concurrido especialmente por sus paisanos, situado en el barrio de La Latina en Madrid, vibraba con un himno que se hizo viral en todo el mundo durante este mundial "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial". Palabras que repetían sin cesar junto a un "vamos Argentina, vamos a ganar" y por supuesto otros tantos vítores y aplausos a él, a Lionel Messi.
Y esto simplemente fue una pequeña muestra de la locura que se desató entre la hinchada argentina, que venía enseñando imágenes virales con cada partido que Argentina conseguía avanzar en su camino hacia la final. Allí donde hubiese un argentino, había una luz de esperanza, un grito de aliento para Messi y un recuerdo para Maradona.
Un Lionel Messi que aseguraba que su andadura en el fútbol estaba pronta a finalizar y que este quizá sería el último mundial que jugase. Y es que este jugador no solo se ganó el corazón de los argentinos, sino también de muchos tantos aficionados en España que lo vieron crecer y brillar en el Fútbol Club Barcelona, y a todo aquel que disfrute del fútbol, ya que más allá de contar los Balones de Oro que ha ganado, y otros tantos galardones y competiciones deportivas, verle jugar es un auténtico placer.
Un broche de oro
A pesar del dulce sabor de la victoria, la afición que apoyaba a Argentina, sufrió hasta el último minuto en una de las finales más complicadas, luchadas y apasionadas que recuerdan. Francia fue un potente rival que no se rindió en ningún momento, pero ni si quiera el hat-trick de Mbappé, la actual promesa del fútbol europeo, pudo arrebatarle la victoria a Argentina.
36 años después de que Maradona levantase la Copa del Mundo en el 86 en la final contra Alemania, Leo Messi, subía al pódium preparado, recibido por las autoridades allí reunidas y siendo homenajeado con el besht, una capa reservada a cargos de la realeza o altamente importantes en Qatar, sin duda un elevado honor. Se acercó a la tan deseada copa de oro y la levantó, levantando con ella a todo el pueblo argentino. Un broche de oro a la carrera deportiva de uno de los más grandes del fútbol, que ahora se ha convertido en leyenda.
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