Lectura fácil
El Salvador se ha caracterizado por ser un país de amplios contrastes, con una economía debilitada, especialmente por la mala gestión política, y con una herida social abierta por las maras, el nombre con el que se le conocen a las bandas criminales que expandieron y ejercieron la violencia en el país. Nayib Bukele, actual presidente del país centroamericano, ha aplicado una política de mano dura contra ellas, ganándose el respeto de muchos y preocupando a otros por sus métodos.
Las conocidas como maras tienen su origen en la profunda crisis económica y social del país entre los años 70 y 90, que llevó a muchos jóvenes a emigrar a Estados Unidos. Estos jóvenes vivieron la discriminación y la violencia, que acabó por materializarse en la creación de la primera y más temida pandilla: La Mara Salvatrucha, aunque no fue la única. Pero estos jóvenes volvieron al Salvador, en un principio desorganizados, pero acabaron desarrollarse criminalmente.
Nayib Bukele, ¿héroe o villano?
Las maras se acabaron convirtiendo en un auténtico conflicto social de elevada escala por la cantidad de extorsiones, robos, asesinatos y violaciones que llegaron a ejercer contra la población. Según datos recogidos por un reportaje realizado por RTVE, la tasa de homicidios registrados en 2015 llegó a más de 105 por cada 100.000 habitantes, convirtiendo al Salvador en el país con más asesinatos del mundo, siendo así un importante punto de inflexión en el conflicto.
El expolicía del Salvador, Marvin Reyes, explicaba en una entrevista para RTVE que en aquella época "se cometía un asesinato cada dos horas en nuestro país, las cárceles eran controladas por los pandilleros y eran verdaderas catedrales del crimen". Tenemos que avanzar hasta 2019 para dar con otro punto de inflexión: la llegada de Nayib Bukele al poder. Este joven presidente de tan solo 41 años, prometió importantes cambios para el país, sobre todo en el ámbito económico.
Sin embargo, la intervención política de Nayib Bukele que más ha levantado las miradas, tanto de la población salvadoreña como la internacional, ha sido la referida a las maras. En 2022, la situación con estos grupos armados llegó a su punto más álgido al llegar a cometerse 67 asesinatos en un solo día, el 27 de marzo. Fue el empujón necesario para que Bukele sacase adelante el Estado de Excepción, que aun se mantiene, y empezase a encarcelar a cientos de sospechosos de pertenecer a estos grupos.
Al estilo Duterte
Con detenciones diarias, que han sido acusadas de arbitrarias por organizaciones internacionales, pronto las tasas de delitos se redujeron ampliamente, pasando de ser uno de los países más violentos en 2015, ha tener las cifras más bajas de Latinoamérica. Con estos resultados no es de extrañar que la popularidad de Nayib Bukele haya subido como la espuma entre la población salvadoreña. Las personas aseguran poder volver a caminar con tranquilidad por las calles y abrir sus negocios sin la presión criminal.
Sin embargo, no todos se muestran conformes con los métodos utilizados por Nayib Bukele, que en la actualidad, ya ha abierto las puertas del 'Centro de Confinamiento del Terrorismo', al que a finales del febrero había trasladado a 2.000 internos, cuya cifra se ha ido incrementando desde entonces. Sin duda, sus métodos son similares a los que utilizó en su día el expresidente de Filipinas Rodrigo Duterte en su lucha contra el narcotráfico y las bandas criminales del país.
Pero de la misma forma en que Duterte se ganó el favor de muchos, también sus métodos fueron cuestionados por incumplir con los derechos humanos y por el dudoso ejercicio del poder y la política. Ahora, Nayib Bukele se encuentra en la misma encrucijada al ser criticado por países vecinos como Colombia u organizaciones como Amnistía Internacional. Sin embargo, el presidente salvadoreño defiende sus métodos y no se muestra dispuesto a cambiarlos.
Añadir nuevo comentario