Los lodos generados en el tratamiento de aguas residuales contienen sustancias peligrosas que pueden afectar la salud y el medio ambiente si no se gestionan adecuadamente.
En España, más de dos millones de viviendas están expuestas a inundaciones por crecidas de ríos, y otras 330.000 al riesgo de mareas. Además, cinco millones de hogares enfrentan un alto riesgo sísmico.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el 18 % de las masas de agua en España superan los límites de calidad establecidos para el sulfonato de perfluorooctano (PFOS), un compuesto químico altamente persistente.
Desarrollan un plástico biodegradable que se descompone en agua de mar y no genera microplásticos, ofreciendo una alternativa sostenible a los plásticos convencionales.
En 2023, la economía ambiental en España creó 577.700 empleos, un 2,95% del total. La gestión de energía y calor y la gestión de residuos fueron los sectores con más empleos.