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La presencia de sulfonato de perfluorooctano (PFOS), un compuesto químico conocido por su permanencia en el medio ambiente, afecta aproximadamente al 18 % de las masas de agua en España. Estos niveles superan los estándares de calidad establecidos para proteger tanto la salud humana como los ecosistemas. Este dato forma parte de un informe reciente publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que aborda la contaminación generada por sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS).
El PFOS es solo uno de los cerca de 10.000 compuestos que componen la familia de las PFAS, conocidas también como “sustancias químicas permanentes” debido a su resistencia a la degradación. Estas sustancias representan un desafío importante para la gestión medioambiental y sanitaria debido a su persistencia, bioacumulación y potencial toxicidad.
Contaminación de masas de agua: ¿qué son el PFOS y las PFAS?
El informe de la AEMA utiliza datos recopilados en 2022 a partir de unos 1.300 puntos de análisis de diferentes masas de agua como ríos, lagos y aguas costeras de Europa. Los resultados son preocupantes: el 59% de las estaciones fluviales, el 35% de las ubicadas en lagos y el 73% de las zonas costeras y de transición superaron los límites de calidad ambiental establecidos para el PFOS. Estos porcentajes ilustran la magnitud del problema, que varía significativamente entre los países europeos.
En Bélgica, Francia e Islandia, el 100% de las masas de agua analizadas incumplían las normas anuales de calidad ambiental para el PFOS. Les siguen los Países Bajos, donde el 96% de las aguas estudiadas superaron los límites permitidos, Alemania con un 83%, Italia con un 54% y España con un 18%. Por otro lado, algunos países como Irlanda (6%), Polonia (5%), Croacia (5%) y Estonia (2%) presentaron porcentajes más bajos de incumplimiento.
Estos hallazgos refuerzan la necesidad de modificar la Directiva Marco del Agua, una propuesta que la Comisión Europea ya ha puesto sobre la mesa. Entre los cambios propuestos, se incluye la ampliación de la lista de sustancias prioritarias, añadiendo más compuestos PFAS, y la revisión de los límites establecidos para estas sustancias en el las masas de agua potable.
La meta principal de esta directiva es alcanzar un buen estado químico de las masas de agua europeas para el año 2027. Sin embargo, según la evaluación más reciente de la AEMA, realizada para el periodo 2015-2021, solo el 29% de las aguas europeas cumplió con los requisitos necesarios para considerarse en buen estado químico. Esto subraya la urgencia de adoptar medidas más estrictas para controlar la contaminación y garantizar la protección de los recursos hídricos.
Hay varios desafíos sobre la mesa para alcanzar un buen estado químico del agua
El impacto de las PFAS, y del PFOS en particular, no solo plantea retos ambientales, sino también desafíos en términos de salud pública. Estas sustancias se han relacionado con problemas de salud como trastornos hormonales y ciertas enfermedades crónicas, lo que aumenta la presión para implementar políticas más eficaces que regulen su presencia en el medio ambiente.
El informe de la AEMA deja claro que la contaminación por PFOS y otras sustancias similares en las masas de agua es un problema amplio y complejo que requiere una acción coordinada a nivel europeo para reducir sus efectos y prevenir riesgos mayores.
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