La labor de Rusia por acabar con el concepto 'Ucrania' con un golpe directo su cultura e historia

Muchas de las batallas no siempre se luchan en el campo o en el cuerpo a cuerpo. Es más, las que harán que la victoria sea duradera, son aquellas que tienen que ver con algo más sutil, con romper aquello que le da cohesión a un pueblo, a una sociedad. Por eso en la guerra de Rusia contra Ucrania no basta solo con ganar terreno o demostrar la capacidad militar, también es necesario hacer mella en el propio concepto de qué es ser ucraniano.

En este sentido, Vladimir Putin, líder de Rusia, lo tiene muy claro: debe acabar con el concepto mismo de Ucrania para hacer de su discurso una realidad, que todo ese territorio siempre fue ruso. Para conseguirlo sabe perfectamente dónde atacar y cómo hacerlo. Museos, teatros, bibliotecas...todos aquellos lugares donde la cultura ucraniana haya florecido deben ser aniquilados. Borrando la cultura se borra un pasado, una identidad y por tanto una razón para luchar.

Ucrania en pie de guerra por mantener viva la llama de su cultura

En más de una ocasión Vladimir Putin ha sido muy tajante con respecto a su opinión sobre Ucrania, a la que ha tachado de región rusa, carente de cultura, historia y mucho menos identidad propia. Sin duda se trata de un discurso muy potente cuyo único objetivo es la "rusificación" de los territorios ya ganados a través de la fuerza bélica. Es el momento en el que el 'softpower', o poder blando en español, terminen asentando las victorias obtenidas.

"No se dan solo algunos casos de rusificación, es un sistema total", denunciaba Dmytro Lubinets, comisionado de Derechos Humanos del Parlamento ucraniano en unas declaraciones recogidas por RTVE. "Todo lo relacionado con Ucrania simplemente se destruye" asevera el comisionado y añade: "Se cambian los nombres de las calles, derriban monumentos culturales y arquitectónicos, destruyen los signos culturales, arrancan todos los símbolos, como nuestro tridente y, por supuesto, las banderas", manifiesta y recalca que "incluso el idioma" es destruido.

Borrar el pasado para reescribir el presente

Rusia se muestra impaciente para algunas victorias, pero deberá mostrarse paciente para otras. Acabar con la identidad de un pueblo no es tarea fácil y requiere de un trabajo previo de lo existente, para después colocar en ese espacio aquello que nos hará ganar. Así pues, el ruso se ha convertido en el único idioma oficial y permitido para utilizar en aquellas áreas ya conquistadas. La quema de libros tampoco es una excepción.

"Rusia está intentando borrar la mentalidad ucraniana de los territorios ucranianos mediante esa rusificación forzada, destruyendo los libros en ucraniano y prohibiendo el idioma", explicaba el escritor Andrey Kurkov en una entrevista para RTVE. Conclusiones a las que llega a través de su experiencia empírica como ucraniano al ver que Rusia ahora también quiere acabar con el concepto de Ucrania y reescribir sobre él el de la Rusia de Putin.