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Un 24 de febrero como hoy en 2022, las tropas rusas invadían territorios ucranianos con fuerzas militares, dando así inicio la actual guerra de Ucrania. Como la crónica de una muerte anunciada, aunque muchos se hicieron los sorprendidos ante estas actuaciones, lo cierto es que las fronteras ucranianas con Rusia llevaban tiempo soportando una enorme tensión. Meses previos a la invasión, los tanques y el armamento ruso se dejan ver 'disimuladamente'.
Pero las tensiones que han acabado derivando en esta guerra se remontan unos cuantos años más atrás, a 2014, cuando Rusia invadió Crimea, una pequeña región al sur de Ucrania que tiene salida al Mediterráneo. La política estratégica de Vladimir Putin, actual presidente de Rusia, incluye dominar importantes regiones de Ucrania, por no decir el país entero. Se le considera heredero de la antigua Unión Soviética y ve en la guerra de Ucrania una oportunidad para reestablecerse como potencia internacional.
Un año de la guerra de Ucrania: refugiados, crisis económica y amenaza nuclear
Hoy hacen 365 días desde que la guerra de Ucrania empezó, y no ha pasado ni uno solo de ellos que no haya traído consigo una consecuencia terrible. Desde los miles de muertos, hasta el impacto internacional que incluye desabastecimiento, crisis económica y otros daños colaterales como el del medio ambiente. No es sencillo resumir un conflicto de este calibre y por eso nos centraremos en tres puntos esenciales:
La población civil, la más vulnerable
Sin lugar a dudas, los primeros afectados de la guerra de Ucrania han sido los civiles que habitaban el país. Las ultimas cifras recogidas hablan de más de 8.000 civiles fallecidos durante este año. Más amplia es la cifra de refugiados que suma más de 5,5 millones de personas desplazadas y acogidas en distintos países europeos, solo en España se han registrado actualmente a 167.726 personas.
Sin embargo, las cifras de desplazados y fallecidos no hacen más que aumentar cada día, mostrando la cara más terrible de esta guerra, que ha dejado a miles de familias sin hogar o que han perdido a algún familiar o ser querido. Por las actuaciones contra los civiles, algo que se considera crimen de guerra, las organizaciones internacionales han querido sentar a Putin ante el Tribunal Internacional de Justicia, aunque de momento sin éxito.
Una crisis económica que trasciende fronteras
Por supuesto no podemos dejar de hablar de la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania, ya que ha afectado a prácticamente todo el globo. Una de las principales bazas con las que siempre ha jugado Rusia ha sido con la llave de los hidrocarburos. Al ser uno de los principales proveedores de gas a los países europeos, ha tenido en muchas ocasiones carta blanca para ciertos movimientos estratégicos.
Sin embargo, la invasión a Ucrania ha sido una excepción y desde la Unión Europea se empezaron a aplicar sanciones económicas más contundentes, lo que ha provocado que Rusia empezase a cerrar el grifo. Con la escasez de hidrocarburos la subida de los precios y la inflación no se han hecho esperar debilitando enormemente las economías europeas principalmente. Pero no es lo único, el bloqueo a los granos que exportaba Ucrania, también ha supuesto escasez y ha contribuido a la situación de inflación.
Un Putin más beligerante
Una de las principales amenazas de esta guerra es la posibilidad de desplegar armamento nuclear. Recordemos que durante la guerra fría, la Unión Soviética desarrolló una gran capacidad técnica para la fabricación de armamento nuclear. De esta misma forma lo hicieron EE.UU. y China, que actualmente son los países con mayor capacidad nuclear que existen oficialmente. Estas tres potencias nucleares están implicadas en el conflicto de una manera u otra.
A esto se le añade que Putin hizo un último anuncio el día de ayer, Día del Defensor de la Patria en Rusia, durante la ceremonia de conmemoración frente a la Tumba del Soldado Desconocido que se encuentra junto al Muro del Kremlin en Moscú. En su discurso comunicó que realizaría un nuevo despliegue de misiles para luchar en la guerra de Ucrania, que incluirían misiles hipersónicos, además de otros capaces de portar armamento nuclear, elevando así la beligerancia del conflicto.
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