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Igual que la crisis de 2008, esta ya es un secreto a voces, quizá hayamos aprendido de errores pasados y ahora estemos dispuestos a ponerle nombre a las cosas cuando ocurren para encontrar soluciones en vez de hacer como que no ocurre nada. La guerra de Ucrania ha acelerado un proceso que ya había dado comienzo con la pandemia de coronavirus. La recesión estaba asegurada, pero con el fin de las restricciones se esperaba una vuelta a la normalidad menos atropellada a nivel económico de lo que está siendo.
Era muy difícil de esperar que Rusia iniciase la guerra de Ucrania con la invasión de territorios fronterizos a finales del mes de febrero de este año. A partir de ese momento no se hace más que hablar sobre la inflación, la subida de los combustibles y las dificultades que se van viendo a la hora de llenar el carrito de la compra como lo hacíamos antes. Está claro que la situación es compleja y que hará falta tiempo para ver todas las consecuencias, de momento, se sabe que esta guerra empobrecerá al mundo de forma general.
La guerra de Ucrania empieza a mostrar sus consecuencias a medio plazo
Así lo ha asegurado el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha lanzado su último informe sobre la situación de la economía mundial. Por supuesto la guerra de Ucrania ha sido una pieza clave para la situación actual, pero también se hace referencia desde la organización, asuntos coetáneos que han hecho que nos encontremos ante una tormenta perfecta. Por un lado, está la recesión provocada por la pandemia y los desequilibrios a la hora de hacerle frente en los distintos países.
Por otro lado, el FMI también toma en cuenta la transición hacia modelos más sostenibles que pongan en prioridad la bajada de misiones de CO2 a la atmósfera. Finalmente, las sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania, han supuesto una importante reducción de las exportaciones del petróleo y de gas. Todo esto aderezado con una fuerte inflación, están consiguiendo empobrecer cada vez más rápido a la población.
Concretamente, el FMI ha calculado que la tasa mundial para 2022, en términos de pobreza, subirá un 3,6 %, alcanzando los 7,4 % puntos porcentuales. Desde la OCDE también se lanzó otro mensaje preocupante en su último informe: “La guerra de Ucrania ha hecho desaparecer las esperanzas de ver pronto el final de la inflación observado en la economía mundial en 2021 y principios de 2022 a causa de cuellos de botella en las cadenas de suministro asociados al Covid-19”.
Importantes consecuencias a largo plazo
Un menor consumo generalizado de la población a causa de la inflación, y por tanto un desacelerón de la remontada económica, solo son algunas consecuencias a medio plazo de la guerra de Ucrania. Estos índices de empobrecimiento mundial pueden traer consigo otras consecuencias más graves como la escasez de los alimento y por tanto el repunte de la hambruna, y no solo en países con economías débiles, esta situación también podría llamar a las puertas de Europa.
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