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Hace varios meses que el zoológico situado en Ayamonte, Huelva, cerraba sus puertas. Sin embargo, los animales siguen dentro y nadie sabe qué hacer con ellos.
Ahora los animales, que no tienen un futuro asegurado, están en pésimas condiciones higiénicas. Nadie se hace cargo de sus cuidados necesarios, están abandonados.
El zoológico Prudencio Navarro, fue cerrado al público hace dos meses por las autoridades municipales. Pero los animales siguen en su interior sin saber qué hacer con ellos.
Por este motivo, varias asociaciones animalistas han denunciado la lamentable situación en la que se encuentran los animales del zoológico de Ayamonte.
Un total de dos osas, un tigre, cuatro babuinos, gamos y más animales se encuentran en un estado de abandono. La ONG Proyecto Gran Simio propone como alternativa la creación de un Centro de Rescate del Estado para especies CITES y animales exóticos. De este modo, se habilitaría un plan de contingencia para estos casos.
De ponerse en marcha, los problemas de los animales tras el cierre de los recintos se podrían abordar. Hasta ahora, cuando dejan de utilizarse para los espectáculos acaban siendo sacrificados, y en el mejor de los casos trasladados a otros lugares.
El debate está en la calle
En España hay más de 60 zoológicos abiertos al público. Para las familias puede ser un plan atractivo donde pasar el día en grande con los más pequeños de la casa. Aunque no solo para pequeños. Podríamos decir que los curiosos y amantes de los animales disfrutarán su visita al zoo.
Pero no todos opinan lo mismo. Son cada vez más los defensores de los animales que no ven con buenos ojos los zoológicos. De hecho, la legislación de muchos países, lejos de proteger a los animales, permite su maltrato.
Por un lado, surge la pregunta de si realmente son felices fuera de su hábitat. Además, las relaciones con otros animales de su especie quedan muy limitadas.
Y es que hay animales que nacen en el zoo y mueren en él. Pasan toda su vida encerrados en un recinto sin posibilidad de contacto con la verdadera naturaleza. En resumen, un zoo no es más que un decorado en el que simulan que los animales están en libertad.
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