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La mayoría de abortos practicados se realizan en clínicas privadas porque, en la mayoría de hospitales públicos se derivan a estas instalaciones. Además de las dificultades que se encuentran dentro de la sanidad pública, los profesionales sanitarios pueden ejercer la objeción de conciencia. Ante esta situación, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha señalado que la sanidad pública debe garantizar la posibilidad de que se puedan realizar abortos.
Todos los hospitales públicos con servicio de ginecología y obstetricia contarán con profesionales que puedan practicar un aborto. Para ello, Montero ha anunciado la creación de un registro de facultativos objetores como el que se aplica en la ya aprobada de la Ley de Eutanasia. Este registro permitirá identificar necesidades en cada área sanitaria, de modo que se pueda garantizar el derecho en todos los casos.
¿Cuáles son los interrogantes más problemáticos en la problemática de los abortos?
El Gobierno abrirá una línea telefónica especializada en derecho sexual y reproductivo. La mujer se informará del procedimiento de los abortos. Si esto se produce en mujeres jóvenes, entre 16 y 18 años, ellas podrán decidir la interrupción del embarazo de manera autónoma. Montero declaró que “del mismo modo que son responsables para trabajar o para tener relaciones sexuales, lo son para decidir sobre sus cuerpos”.
La mujer decidirá además, el mismo método del aborto y, además, se elimina el cruel período de reflexión. Si a la experiencia traumática de un aborto, le añadimos que te obliguen a pensar sobre ello durante 72 horas. 72 horas en las que, esa mujer se dedicará a pensar sobre ello y que no hace nada bueno por la salud mental de las mujeres.
La sociedad actual debe normalizar una asignatura de educación sexual para prevenir abortos
La sociedad española debe evolucionar. Debemos dar pie a la situación de una adición de una asignatura llamada Educación Sexual. Esta debería impartirse entre los 14 y los 18 años para que, los profesores enseñen a los menores la manera de actuar frente a una situación un tanto incómoda. En España, no podemos seguir tratando el sexo como un tabú. Los menores deben saber con pelos y señales cuáles son los riesgos de las relaciones sexuales. Debemos dejarnos de los símiles entre la abeja y la flor y debemos atender a los problemas de los menores en este aspecto.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado que “la norma que estamos impulsando supone un cambio de paradigma para que la salud sexual de las mujeres no esté orientada ni exclusiva ni fundamentalmente a la gestación, sino al disfrute de nuestra sexualidad, con un enfoque interseccional y de enorme respeto por las diferentes preferencias sexuales”.
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