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En Gaza, especialmente tras nueve meses de conflicto, bloqueo e inanición, los agricultores son fundamentales para la seguridad alimentaria de la población. Para mitigar el impacto del desplazamiento masivo, que ha afectado a la totalidad de la población de Gaza (2,1 millones), Acción contra el Hambre ha intensificado su apoyo a los agricultores locales con actividades como la distribución de comida, la promoción de la agricultura local y la puesta en marcha de programas de formación para mejorar las capacidades productivas de las familias que aún pueden cultivar.
El apoyo inmediato que está realizando Acción contra el Hambre prioriza varias áreas clave:
- Suministros de emergencia como semillas, fertilizantes y herramientas agrícolas para reanudar las actividades agrícolas; 2) reparación y reconstrucción de las infraestructuras dañadas, como invernaderos, sistemas de riego y recursos hídricos; 3) apoyo técnico y formación sobre prácticas agrícolas seguras en medio de la contaminación provocada por el conflicto; esto es necesario para garantizar la producción de productos agrícolas seguros y la seguridad de los agricultores.
Los equipos de Acción contra el Hambre se están centrando en las instalaciones de energías renovables, la conservación del agua y las tecnologías agrícolas inteligentes para construir un sector agrícola resiliente, capaz de soportar la crisis actual y cualquier crisis futura.
La crisis actual pone en peligro miles de vidas: las comunidades se enfrentan a graves dificultades para acceder a alimentos básicos debido a la falta de garantías en la entrega de suministros y a las constantes interrupciones en el acceso a los mercados locales, lo que se traduce en una dependencia cada vez mayor de la ayuda humanitaria. La destructiva invasión de Rafah a principios de mayo no hizo sino agravar los efectos del conflicto, desmantelando aún más gran parte del mercado local y haciendo casi imposible el acceso a los productos básicos.
Estado actual de los agricultores y tierras de cultivo en Gaza
La mayoría de los agricultores que quedan no pueden acceder a sus tierras y, los que pueden, las encuentran dañadas o destruidas. Aproximadamente el 41 % del territorio de Gaza está formado por tierras agrícolas y, según las imágenes por satélite tomadas entre mayo de 2017 y 2024 analizadas por la ONU, más de la mitad (57 %) de los campos de cultivo y las tierras cultivables de Gaza han sufrido un deterioro, como demuestra una disminución significativa de la densidad y de las condiciones fitosanitarias. De estas tierras dañadas, aproximadamente el 61% eran huertos, el 19 % hortalizas y el 20 % cereales.
Las imágenes por satélite indican que el paso de vehículos pesados, los bombardeos y otras agresiones relacionadas con el conflicto han dañado no sólo la tierra, sino también las infraestructuras agrícolas de la Franja de Gaza: Casi el 33 % de los invernaderos han resultado dañados, más del 46 % de los pozos, casi el 65 % de los paneles solares y más de 2.300 infraestructuras agrícolas han quedado total o parcialmente destruidas. La destrucción de infraestructuras civiles, incluidas las necesarias para la producción y distribución de alimentos, como granjas, mercados, sistemas de abastecimiento de agua, molinos y lugares de procesamiento y almacenamiento de alimentos, constituye una violación directa del derecho internacional humanitario, incluida la Resolución 2417 del Consejo de Seguridad de la ONU, que condena el hambre y la denegación de acceso a la ayuda humanitaria como armas de guerra.
Aunque las hostilidades cesaran hoy, los daños causados a las tierras agrícolas tendrán consecuencias negativas a largo plazo para la producción de alimentos, debido a la contaminación del suelo y a las municiones sin explotar. Según los expertos de Naciones Unidas, limpiar Gaza de bombas sin explotar y de su amenaza para la vida de los civiles podría llevar 14 años.
Los mercados locales y precios de los alimentos
Los desplazamientos masivos de población también han tenido un impacto devastador en la producción agrícola y han provocado un aumento significativo de los precios de los alimentos. Muchos agricultores perdieron el acceso a tierras que han cuidado durante décadas, perdiendo no sólo su medio de vida, sino también una parte de la historia. A pesar de estas adversidades, algunos agricultores siguen cultivando, manteniendo una producción limitada.
"La entrada de herramientas, insumos y materiales agrícolas en Gaza es crucial para preservar la continuidad y la resistencia del sector agrícola de Gaza. Tras casi nueve meses de cierre, los mercados locales están experimentando un agotamiento gradual de suministros esenciales, como las láminas de nailon utilizadas para invernaderos, que ahora se utilizan para fabricar tiendas de campaña. Este cambio, unido a la limitada ayuda humanitaria, ha ejercido una inmensa presión sobre las actividades agrícolas locales para mantener la seguridad alimentaria", añade la experta en seguridad alimentaria de Acción contra el Hambre en Gaza.
Según el alarmante análisis publicado a finales de junio por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), toda la población de la Franja de Gaza sufre una gran inseguridad alimentaria y corre riesgo de hambruna: Las familias gazatíes siguen enfrentándose a un acceso totalmente inadecuado a comida nutritiva.
Aunque se logre un alto el fuego, restablecer la producción agrícola anterior al conflicto será un proceso largo y complejo. Los agricultores necesitarán apoyo continuo para rehabilitar sus tierras y reconstruir sus medios de subsistencia. Este apoyo debe ser integral, abordando no sólo las necesidades agrícolas, sino también las de vivienda, salud y bienestar psicológico.
Cómo trabaja Acción contra el Hambre con los agricultores locales
Acción contra el Hambre lleva a cabo varias intervenciones cruciales para apoyar a los agricultores locales, como la rehabilitación de invernaderos y terrenos agrícolas, superando retos como la falta de insumos esenciales en el mercado local. Para ello, el personal busca primero proveedores que garanticen el acceso a semillas y otros insumos esenciales, como fertilizantes e insecticidas. Este esfuerzo es vital para garantizar que los agricultores puedan volver a cultivar productos básicos de la dieta palestina, como tomates, pepinos, cebollas y berenjenas.
La relación de la organización con los agricultores locales, forjada a lo largo de los veinte años que la entidad lleva trabajando en los territorios palestinos ocupados, ha sido decisiva para comprender las necesidades y prestar el apoyo necesario. Los daños, la destrucción y la falta de acceso a la tierra, así como la grave carencia de combustible y electricidad, además de la contaminación del agua, muestran sólo un atisbo de los retos a los que se enfrentan los agricultores de Gaza en estos momentos.
Incluso antes de la guerra, debido a las décadas de bloqueo de la Franja de Gaza, no estaba garantizado el acceso a insumos agrícolas esenciales ni a combustible, electricidad y agua potable. Pero ahora es más difícil que nunca asegurar el suministro de combustible y explorar alternativas como la energía solar para el riego.
Frente a innumerables retos, el personal de Acción contra el Hambre en Gaza sigue apoyando a las poblaciones agrícolas locales, lo que demuestra el compromiso de la organización con la recuperación del sector agrícola en Gaza. Estas medidas no sólo son esenciales para mitigar la actual crisis alimentaria, sino también para mantener la esperanza y dignidad para una población que ha soportado demasiados años de conflicto y trauma, ahora más que nunca.
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