El 40 % de la dieta infantil en España está compuesta por ultraprocesados

El 40 % de la alimentación de los niños en España proviene de productos ultraprocesados, lo que está contribuyendo a la aparición precoz de enfermedades cardiometabólicas, como la diabetes tipo 2, la hipertensión o el colesterol elevado, afecciones que anteriormente eran casi exclusivas de los adultos.

Así lo señalaron este miércoles en la revista Consumer la investigadora de la Universitat Rovira i Virgili (URV) Nancy Babio, coautora de un estudio sobre los efectos de una dieta rica en ultraprocesados en la salud de 1.500 niños de entre tres y seis años, y el pediatra de atención primaria y secretario general de la Sociedad Catalana de Pediatría, Pepe Serrano.

El aumento del consumo de ultraprocesados en niños españoles

El análisis destacó que en las últimas décadas la alimentación infantil en España ha cambiado drásticamente, con un notable aumento en el consumo de ultraprocesados, que ha pasado del 11 % en 1990 al 40 % en 2023, aunque algunos estudios sugieren cifras aún mayores. Según esta investigación, publicada en 2024 y realizada por un equipo de la Unidad de Nutrición Humana de la URV en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (Iispv) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (Ciberobn), de cada 100 gramos de comida consumidos por los niños, aproximadamente 47 gramos corresponden a productos ultraprocesados.

El estudio en cuestión se enfocó en un grupo de niños procedentes de diversas ciudades como Reus, Córdoba, Santiago de Compostela, Navarra, Valencia, Barcelona y Zaragoza, todos ellos participantes en la investigación multicéntrica Corals. Según Babio, los resultados evidencian que el consumo de alimentos altamente procesados en la primera infancia ya impacta negativamente en ciertos parámetros cardiometabólicos.

Los datos obtenidos revelaron que los niños con una mayor ingesta de ultraprocesados presentaban valores más elevados en indicadores como el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, el índice de masa grasa y los niveles de azúcar en sangre. Además, mostraban una reducción en los niveles de colesterol HDL en sangre.

Un problema a largo plazo

Para la investigadora, el dato más relevante no es solo la cifra actual, sino el hecho de que, si esta tendencia se mantiene con el tiempo, estos niños seguirán ganando peso y desarrollando enfermedades asociadas.

En este sentido, advirtió que, por primera vez en la historia, la esperanza de vida de los niños podría ser menor que la de sus padres, ya que las enfermedades típicas de la adultez están apareciendo hasta 30 años antes. Esto no solo acortará su vida, sino que también afectará su calidad de vida.

Los riesgos en la alimentación temprana

En relación con la alimentación infantil, Serrano destacó que, a partir de los seis meses, existen productos ultraprocesados específicamente dirigidos a bebés que se comercializan en supermercados y farmacias. Estos alimentos, innecesariamente altos en azúcares y sal, no son recomendables para su desarrollo.

Además, explicó que el consumo de estos productos desde una edad temprana tiene un doble impacto: por un lado, los niños ingieren alimentos con un exceso de grasas, azúcares y sal, y por otro, se acostumbran a texturas y sabores artificiales que no están presentes en los alimentos naturales.