La alimentación infantil de los primeros años puede ser clave para prevenir enfermedades digestivas en la edad adulta

Una buena alimentación infantil puede ser clave para que un niño llegue a la edad adulta de forma sana. Esta idea se ha reforzado con una reciente investigación publicada en la revista 'Glut' en la que aseguraban que una dieta de calidad a partir del primer año de vida, reducía ampliamente el riesgo de desarrollar enfermedades inflamatorias intestinales en la edad adulta. Se trata de una de las investigaciones más longevas en este sentido.

Los hallazgos encontrados indican que una alimentación infantil que haya contado con una variedad de verduras y pescados era clave para la protección de la salud digestiva, mientras que el exceso de bebidas azucaradas o alimentos de peor calidad potenciaban el riesgo. Así, los médicos que realizaron este trabajo investigativo, con datos recogidos en Suecia y Noruega, recomendaban una dieta "preventiva" a edades tempranas.

La alimentación infantil, clave para prevenir enfermedades digestivas

Los datos analizados por este longevo estudio, que inició en 1997 y finalizó entre 2020-2021, estaban conformados por una gran base de datos recopiladas en 21.700 familias de Suecia y otras 114.500 en Noruega desde 1999. Los padres debían complementar encuestas con preguntas específicas sobre la alimentación infantil que promovían en casa a los hijos de entre 12 y 18 meses, y entre 30 y 36 meses.

La calidad de la alimentación infantil se media según la cantidad de carne, frutas y verduras que compusieran sus dietas diarias, así como otros alimentos entre los que se incluían lácteos, dulces, todo tipo de refrigerios o bebidas, siguiendo una versión actualizada del sistema de puntuación del Índice de Alimentación Saludable (HEI) adaptado a niños. Con unos registros que duraron de promedio entre 21 y 15 años en cada país respectivo, llegaron a una conclusiones interesantes.

Observaron que la alimentación infantil más saludable, según el índice, había tenido un importante impacto en la salud digestiva cuándo estos bebés alcanzaron edades más adultas. Así, los menores que tuvieron una dieta de calidad media-alta, presentaron un 25 % menos de posibilidades de desarrollar enfermedades inflamatorias del intestino. Concretamente, aquellos que se alimentaron con más pescado, incrementaron el valor a un 54 % menos de posibilidades de sufrir colitis ulcerosa en particular.

Una dieta pobre en nutrientes y rica en azúcares

Por otro lado, aquellos que tuvieron dietas menos sanas o con presencia de más cantidad de azúcares, mostraron hasta un 42 % más de posibilidades de desarrollar enfermedades inflamatorias intestinales. El consumo de lácteos, frutas o cereales no representó unos datos significativos. A pesar de la claridad de estos datos, los investigadores se muestran cautos con respecto a los resultados, señalando que existen otros factores que influyen como los ingresos familiares.

Sin embargo, también reconocieron que estos datos sobre alimentación infantil podían llegar a ser muy útiles para asentar las hipótesis de que la dieta en los primeros años de nuestra vida influye ampliamente en los cambios que pueden darse en nuestra microbiota intestinal, un punto clave para desarrollar enfermedades digestivas en la edad adulta.