
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El almacenamiento térmico es una tecnología innovadora que permite acumular energía en forma de calor para su uso posterior en procesos industriales y sistemas de climatización. Esta técnica ha revolucionado la forma en que se gestionan y aprovechan los recursos energéticos, ofreciendo una alternativa más eficiente y rentable frente a los métodos tradicionales de generación de calor. Al almacenar energía en medios como sales fundidas, agua o materiales de cambio de fase, se logra una utilización óptima de la energía disponible, reduciendo significativamente la necesidad de recurrir a fuentes de calor convencionales. Esta optimización se traduce en ahorros que pueden oscilar entre el 30 % y el 150 % en comparación con el calor de proceso tradicional, lo que representa un avance notable tanto en términos económicos como medioambientales.
El aprovechamiento de esta tecnología es particularmente relevante en industrias con altos requerimientos térmicos, como la siderurgia, la química o la generación de electricidad. Al implementar sistemas de almacenamiento térmico, las empresas pueden mejorar la eficiencia de sus procesos, reducir las emisiones de gases contaminantes y optimizar el uso de combustibles fósiles. Además, este método contribuye a la integración de fuentes de energía renovable, permitiendo almacenar el exceso de energía generada en momentos de baja demanda y utilizarla cuando sea necesario.
Comparación con el calor de proceso tradicional
Tradicionalmente, el calor de proceso se genera mediante la quema de combustibles o sistemas eléctricos que elevan la temperatura de los materiales utilizados en la industria. Este enfoque, si bien efectivo, presenta varias limitaciones. Entre ellas, se destaca el alto costo energético, la dependencia de recursos no renovables y el impacto ambiental negativo asociado a las emisiones de CO₂ y otros contaminantes. La eficiencia de estos métodos tradicionales suele ser inferior en comparación con las nuevas tecnologías de almacenamiento térmico, lo que se refleja en mayores gastos operativos y una menor competitividad en el mercado.
En contraste, el almacenamiento térmico permite acumular y liberar energía de forma controlada, optimizando su uso y minimizando las pérdidas inherentes al proceso de conversión. Los sistemas modernos no solo permiten una mayor eficiencia energética, sino que también se adaptan a las variaciones en la demanda, ofreciendo flexibilidad y una respuesta rápida ante cambios en la producción.
Un informe destaca los beneficios del almacenamiento térmico
Un nuevo informe publicado por Kraftblock, fabricante líder mundial de almacenamiento térmico ecológico, y la consultora de tecnologías limpias DWR eco, identifica importantes beneficios del almacenamiento de energía para el calor de proceso limpio, las redes eléctricas y la generación de energía renovable. La tecnología es capaz de proporcionar ahorros mensuales de entre el 30 % y el 150 %, dependiendo de la región, en comparación con el calor de proceso tradicional.
El almacenamiento de energía térmica es una tecnología que utiliza electricidad renovable convertida y almacenada a una temperatura de hasta 1300 °C (2500 °F). Esto la hace especialmente adecuada para industrias como la siderúrgica, la del vidrio y la química. Además, se considera una solución lista para el mercado, fácilmente escalable y rentable para afrontar el doble reto de la descarbonización y el alivio de la red.
“El informe examina los beneficios económicos del almacenamiento de energía y cómo puede ayudar a estabilizar la red eléctrica en varios mercados. Demuestra que el almacenamiento de energía térmica es la solución más barata y dos veces más eficiente que el hidrógeno para descarbonizar el calor de alta temperatura. En Alemania, por ejemplo, se puede ahorrar hasta un 30% en costes energéticos”, afirma Martin Schichtel, consejero delegado y cofundador de Kraftblock.
La falta de flexibilidad del sistema energético actual amenaza con socavar su funcionamiento y frena considerablemente el despliegue de las energías renovables. Esto también dispara los costes. Por ejemplo, el coste de la congestión de la red en Alemania asciende actualmente a casi 3.000 millones de euros. Además, las energías renovables crean un desajuste entre la oferta y la demanda, lo que provoca precios volátiles y congestión de la red.
“El despliegue generalizado del almacenamiento de energía no es sólo un avance tecnológico; es esencial para los sistemas energéticos y las industrias”, añade Susanne König, cofundadora de Kraftblock. “Los sistemas de almacenamiento de energía térmica tienden un puente entre las necesidades de flexibilidad energética y los requisitos industriales. A medida que cambie el panorama energético, la integración del almacenamiento de energía térmica será fundamental para crear un futuro más sostenible y eficiente, resistente y flexible para todas las partes interesadas”.
Con todo esto, la capacidad del almacenamiento térmico para proporcionar ahorros significativos, junto con sus ventajas medioambientales y de eficiencia operativa, lo posiciona como una solución estratégica para la industria moderna. La inversión en esta tecnología no solo representa una mejora económica, sino también un paso decisivo hacia un futuro más sostenible y competitivo.
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