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El impacto de la crisis sanitaria, económica y social del coronavirus ha afectado directamente al sector hotelero y de alquiler vacacional, uno de los más tocados durante la pandemia.
El sector ya da por perdido el turismo internacional este verano
El sector hotelero no prevé abrir durante la fase 1 de la desescalada tras el COVID-19, que se ha iniciado este lunes 11 de mayo, a pesar de poder hacerlo, hasta que haya movilidad geográfica, lo que se espera solo para cuando se entre en la denominada "nueva normalidad", probablemente a partir del próximo 22 de junio.
Durante la fase 1, a la que han pasado once comunidades autónomas, más las ciudades de Ceuta y Melilla, y el resto, parcialmente, menos Madrid, se permite la apertura de los hoteles y establecimientos turísticos, aunque queda prohibido el uso de las zonas comunes.
Desde que se decretó el estado de alarma, la actividad del turismo es cero
Juan Gavilán, gerente de Homeprive, un negocio especialistas en alquiler vacacional de apartamentos en primera línea de playa de Denia con vistas al mar y acceso directo a la playa, reconoce a GNDiario que desde que el Gobierno declaró el estado de alarma la actividad en su empresa es cero.
"Las empresas que tengan menos costes fijos podrán aguantar, pero el resto lo va a pasar mal. Las ayudas por parte del Gobierno son importantes. Es imprescindible salvar el verano donde está la mayor facturación, sino muchos van a cerrar, ya que hasta el próximo verano no facturaran nada y los costes fijos seguirán estando ahí", afirma Gavilán.
Las reservas se siguen cancelando
Los negocios que viven del turismo van a intentar salvar el verano, pero son conscientes que todas las reservas hasta inicios de julio van a cancelarse y desde ese momento, si las fases de desescaladas se cumplen, el turismo nacional será el cliente potencial, reconoce el gerente de Homeprive.
La empresa de alquiler vacacional en Denia quiere estar muy cerca de sus cliente, ya que los sienten con miedo e inseguridades, lo cual es bastante normal dada la situación. "En nuestro caso, tenemos bastante fidelización y esperemos que los clientes vengan", señala Gavilán.
Los clientes necesitan seguridad y flexibilidad
El sector reconoce que desde que se declaró el estado de alarma y hasta finales de junio están todas las reservas canceladas. Incluso reservas de verano se han cancelado por la incertidumbre y el miedo. Los hosteleros piden seguridad para poder trasmitírselas a los clientes, que puedan tomar la decisión de ir de vacaciones o no pronto.
Gavilán señala que desde que se anunció el plan de desescalada se están interesando más los clientes, pero es muy importante que las políticas de cancelación sean muy flexibles, sino la gente ni pregunta. Hasta el momento, "hay más cancelaciones que reservas, lo más probable es que las reservas sean de última hora".
Los destinos retirados tienen más demanda ahora
Homeprive apuesta porque los alojamientos turísticos como el suyo puedan salvar el verano, teniendo en cuenta que en estas casas se puede hacer la vida que se hace habitualmente en el hogar familiar. Un hotel te obliga a salir a comer y a mezclarte con más personas. "Estamos notando que incluso hay más interés por villas aisladas, aunque estén un poco retiradas de las playas".
Gavilán reconoce que la incertidumbre en el sector está empezando a hacer mella, ya que al no saber qué va a pasar tampoco se pueden tomar decisiones, no hay planificación y al final las decisiones se toman de un momento para otro. "No sabemos si nos ponemos a preparar para el verano, si rescatamos ERTES o no. Es un desastre".
El alquiler vacacional extremará las medidas de higiene
El sector se muestra preocupado por la seguridad, los protocolos de limpieza y la desinfección. Los organismos oficiales deben impulsar campañas de confianza para que el negocio no siga cayendo y ofrecer a los negocios una indicaciones claras y efectivas para evitar los contagios.
La idea de los negocios no es bajar los precios, pero lo irán valorando según vayan sucediendo los acontecimientos. "Hay que pensar que los costes van a aumentar por los temas de protocolos de limpieza", afirma Gavilán. "También incurriríamos en agravio comparativo con los clientes que ya han reservados si ahora se bajan mucho los precios. Hay que llevar cuidado con este tema. Si bajan los precios serán ofertas de última hora".
2.900 millones de pérdidas
Aunque aún es pronto para prever a cuánto ascenderán las pérdidas totales, la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) cifra en 240 millones de euros el impacto que las cancelaciones están teniendo sobre las viviendas turísticas.
Según los datos de la patronal, las estimaciones a medio y largo plazo se sitúan alrededor de los 1.800 millones de euros directos e indirectos. Mientras, si nos fijamos en los costes de la estancia, las pérdidas podrían ascender a los 2.900 millones de euros.
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