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Marwa sobrevivió a un infierno bajo el yugo del Estado Islámico, enfrentando la amenaza de matrimonio forzado o la prisión. Ahora, desde un centro de detención en Siria, comparte su historia junto con miles de mujeres atrapadas en las garras del terrorismo. Amnistía Internacional denuncia las condiciones inhumanas en estos centros bajo el control de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, respaldada por Estados Unidos.
Marwa y la obligatoriedad del matrimonio forzado
Marwa compartió su desgarradora experiencia bajo el yugo del Estado Islámico, donde enfrentó la terrible elección entre un matrimonio forzado o la prisión. Ahora, desde un centro de detención en el noreste de Siria, recuerda cómo miles de mujeres cayeron en las garras del tráfico del Estado Islámico durante su reinado.
Sin embargo, su sufrimiento persiste, ya que Amnistía Internacional denuncia las condiciones inhumanas en los centros de detención bajo el control de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria y sus milicias asociadas, respaldadas por Estados Unidos.
Estas condiciones han dejado a más de 56.000 personas atrapadas durante seis años en 27 centros de detención y dos campos abiertos, donde el derecho internacional es ignorado y la injusticia, la tortura y la muerte prevalecen, según el informe de Amnistía Internacional.
Más de 30.000 niños menores privados de libertad en el mundo
La situación es desgarradora: más de 30.000 niños están entre los detenidos en este sistema, lo que representa la mayor concentración de menores privados de libertad en el mundo.
La política de separación de hijos extranjeros de sus madres en los campos de detención, llevando a los niños a centros con hombres adultos una vez que cumplen cierta edad, marca el comienzo de una vida llena de separaciones que dificultan su repatriación.
Lo que es aún más alarmante es el papel de algunos gobiernos en esta tragedia. Estados Unidos, además de ayudar a establecer estos centros de detención, mantiene un papel crucial en su apoyo y mantenimiento, según señala Amnistía Internacional.
A pesar de los millones de dólares otorgados a las Fuerzas Democráticas Sirias, funcionarios estadounidenses visitan regularmente estas instalaciones, lo que, según denuncia, viola el derecho internacional al transferir detenidos a lugares donde pueden enfrentar tortura o incluso la muerte después de ser interrogados.
Amnistía Internacional denuncia las pésimas condiciones
Amnistía Internacional denuncia las condiciones desgarradoras en las que más de 56.000 personas han estado viviendo durante seis largos años. Dentro de los campos de Al Hol y Al Roj, la detención va en contra del derecho internacional, ya que las personas están atrapadas desde 2019 en condiciones inhumanas que amenazan sus vidas. Las atrocidades incluyen muertes masivas, confesiones forzadas por tortura, violencia de género y otras formas de abuso.
La falta de un proceso judicial justo agrava aún más la situación. Muchos de los detenidos, incluidos los relacionados con el Estado Islámico, no han sido juzgados adecuadamente. Los tribunales de defensa del pueblo han procesado a unas 9.600 personas en los últimos seis años, pero sin acceso a abogados y bajo prácticas sistemáticas de tortura para obtener confesiones.
A pesar de la derrota del califato islámico en Baguz en 2019, los centros de detención continúan recibiendo a miles de personas vinculadas al grupo, así como a residentes de la región bajo su control. Estados Unidos, aunque continúa monitoreando la situación, no ha cumplido con sus obligaciones bajo el derecho internacional, según denuncia Amnistía Internacional. La colaboración de otros países como Reino Unido, Francia e Iraq también se destaca en este trágico asunto.
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