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El año más silencioso del planeta ha sido el 2020. Esto ha ocurrido por los confinamientos, que dieron lugar a una reducción de la actividad humana y el impacto en la Tierra.
Han sido numerosas las capitales que se han quedado en silencio, como si el tiempo se hubiera detenido por completo. París, Madrid, Nueva York, Roma Londres, Buenos Aires, etc.
Pero el silencio salió de las casas para quedarse en las calles, mientras que cada hogar se llenaba de música, ruidos de teléfonos con videollamadas y de cocina, porque hemos de recordar que muchos se pusieron a ser unos grandes cocinitas.
Así ha sido el año más silencioso que se tiene registrado desde hace décadas
Para declarar al año más silencioso, un grupo internacional de sismólogos procedentes de 33 países han cuantificado el silencio que invadió el mundo.
A través de la medición de 185 de las 268 estaciones sísmicas que hay repartidas por todo el planeta, descubrieron que el ruido ambiental generado por los humanos descendió hasta un 50 %, a causa de cierres y restricciones que se aplicaron para frenar la pandemia.
Sismólogos expertos procedentes de la Universidad ETH de Zúrich estuvieron trabajando también en la investigación, aportando datos relevantes.
Para calificar al 2020 como el año más silencioso del planeta, los sismógrafos descubrieron que el ruido cayó en picado en las estaciones de medición cuando se dieron las semanas de cuarentena más estrictas, porque los servicios de autobuses y trenes se redujeron, los aviones no despegaron y muchas fábricas cerraron.
A causa de los confinamientos, "el ambiente fuera mucho más silencioso que durante las Navidades", tradicionalmente la época más tranquila del año, según han explicado los investigadores.
El año más silencioso ha estado muy bien investigado para llegar a las conclusiones que le otorgan este título
"Las semanas de confinamiento fueron el periodo más tranquilo del que tenemos constancia", dijo el sismólogo John Clinton, refiriéndose a los archivos de datos de los últimos 20 años.
"Dado que el ruido humano siempre aumenta, es muy probable que fuera el periodo más tranquilo desde hace mucho tiempo", añadió John Clinton respecto al año más silencioso del los tiempos.
Cabe destacar que la investigación también sirvió para detectar pequeños terremotos que pudieron registrarse debido a que los ruidos ambientales creados por la actividad humana cesó, y al haber silencio, se pudieron notificar estos movimientos de tierra.
Abandonando un poco la línea del año más silencioso pero sin salirse del concepto, el científico Frederick Massin comento que "los pequeños temblores nos permiten mejorar nuestra comprensión del peligro sísmico y también ayudan a evaluar la probabilidad de que se produzcan terremotos mayores en el futuro". "Ha sido una oportunidad sin precedentes", concluyen los investigadores .
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