Los antivalores deportivos van más allá del juego y de la ética

El deporte es un ámbito de nuestra vida que no solo nos ayuda a mantenernos sanos, sino que también influye a la hora de transmitir mensajes valiosos acerca de la ética y el respeto del juego en equipo o de forma individual. Sin embargo, existen varios aspectos que influyen de manera negativa dentro y fuera del equipo de juego, y son los antivalores deportivos. 

El deportista actúa en la cancha de la misma manera que fuera de ella 

El deporte se ha convertido en nuestro mejor aliado en cuanto a salud, pero también en aspectos relacionados con la ética y el respeto. A pesar de ello, en la actualidad existen varios aspectos que influyen de manera negativa en el deporte, lo que convierte una situación de felicidad en un momento incómodo y antideportivo. 

A la hora de hablar sobre estos factores negativos, solemos centrarnos en los antivalores deportivos, los cuales van mucho más allá del juego, llegando así a aspectos relacionados con la ética de las personas, y que no deberían tener presencia en el campo de juego. 

Si nos fijamos, los antivalores deportivos también pueden relacionarse con los ámbitos de la vida cotidiana de esa persona, lo que hace que ese jugador actúa de manera similar tanto dentro como fuera de la cancha. 

¿Cuáles son los antivalores deportivos más comunes en el juego? 

Para poder entender cómo influyen los antivalores deportivos en la actualidad, solo debemos fijarnos en la perspectiva de juego y personal. En la actualidad existen muchos aspectos que pueden influir en la realidad del juego, pero algunos son más comunes que otros. 

Los expertos de Mejor con Salud nos señalan cuáles son los antivalores deportivos más comunes en dentro del juego en la actualidad: 

1. Soberbia. Uno de los elementos más importantes a la hora de hablar sobre el deporte es aprender sobre humildad. En muchas ocasiones, sobre todo los jóvenes, suelen aumentar su ego y soberbia, lo que puede dar lugar a comportamientos muy desagradables y arrogantes. 

2. Dopaje. En el lado más deportivo, desafortunadamente, existen muchos deportistas que recurren a las sustancias ilegales para aumentar su rendimiento y así ganar el juego. A pesar de que existen formas de controlarlo, es importante concienciar sobre la falta de legalidad, así como los efectos secundarios en nuestra salud. 

3. Pérdida de control emocional. Las emociones suelen ir unidas al deporte, lo que puede influir en muchas ocasiones de manera negativa. Por eso, el deportista debe entender que esto también puede incluirse en los antivalores del deporte, ya que muchas veces nos dejamos llevar por estas reacciones y perder el control. 

4. El amaño. Aunque existan unas normas restrictivas en cuanto al amaño de las competencias, muchas de ellas, por motivos económicos o por beneficiar a un tercero, se oponen a todos los valores del deporte. 

Aunque no lo creamos, el deporte va mucho más allá de la actividad física. También es un medio que nos sirve para aprender valores y el respeto hacia los demás, de ahí que debemos comprometernos a acabar con los antivalores deportivos.