¿Conoces el origen del árbol de Navidad? te contamos todas sus curiosidades

Sin lugar a dudas, el árbol de Navidad es el rey de estas fiestas. Los más ostentosos alcanzan metro y metros de altura, plagado de luces y decoración. Los más tradicionales son naturales, con una decoración que mezcla lo natural con algo de color rojo, los hay más modernos, de colores alocados e incluso con todo tipo de formas y hechos de diferentes materiales. La creatividad humana ha servido para moldear ampliamente esta tradición.

Pero, ¿de dónde nace la tradición de colocar un árbol, concretamente un abeto, en nuestros hogares cuando llega la Navidad? Para saberlo, primero debemos contar cómo empezaron a celebrarse las navidades y porqué es una fiesta muy especial más allá de las tradiciones cristianas. Lo primero que debemos saber es que esta celebración gira en torno al solsticio de invierno, momento en el que topamos con una jornada en la que el día dura menos de lo habitual.

El árbol de la Navidad, una tradición pagana cristianizada

En la Europa pre-cristiana, la celebración del solsticio de invierno era muy importante para los pueblos, sobre todo de países nórdicos, ya que se relacionaba estrechamente con las deidades solares. Su celebración ya en aquel entonces, a menudo involucraba la decoración de árboles perennes, como abetos y pinos, como símbolo de la vida eterna en medio del invierno. Estos árboles eran considerados sagrados y se adornaban con luces y otros elementos.

Sin embargo, este es solo el inicio de cómo los árboles de Navidad llegaron a nuestros hogares. En un momento dado, con la llegada del cristianismo, muchas tradiciones paganas fueron absorbidas por los rituales cristianos para favorecer la evangelización. Así, muchos símbolos fueron incorporados como parte del cristianismo, como es el caso del árbol de Navidad. Para conocer el origen más moderno de estas celebraciones, tendremos que acercarnos un poco más en el tiempo, al siglo XVI.

La tradición del árbol de Navidad moderno está estrechamente vinculada a la cultura alemana. Se cree que en el siglo XVI, los alemanes comenzaron a decorar árboles con velas para celebrar estas fechas, al igual que hacían esas antiguas civilizaciones pre-cristianas. Esta costumbre se popularizó en el siglo XIX, especialmente después de que la reina Victoria y el príncipe Alberto, de origen alemán, fueran retratados celebrando las fiestas navideñas con un árbol decorado.

Hoy en día esta tradición sigue más viva que nunca y tomando nuevas dimensiones.

Su expansión por el mundo

A medida que las costumbres alemanas se difundieron por Europa y América del Norte, la tradición del árbol de Navidad se arraigó en la cultura occidental. Los inmigrantes alemanes llevaron consigo esta costumbre a lugares como Estados Unidos en el siglo XIX, y con el tiempo se convirtió en una práctica común en muchos países occidentales. Hoy en día, los árboles navideños son un símbolo icónico de las festividades y por supuesto que nos encantan.