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Muchos piensan que no existe una alta probabilidad de que ocurra un atragantamiento, sin embargo, es mucho más probable de lo que piensas. Los atragantamientos pueden causar un verdadero susto, ya que si no sabes cómo actuar ante ellos, la persona puede sufrir complicaciones muy graves en su salud, incluso la muerte.
Por eso, es importante saber qué hacer en estas situaciones y si debemos recurrir a la maniobra de Heimlich o no.
Los atragantamientos no son tan infrecuentes como pensamos
Quizás, en algún momento de tu vida, te has visto obligado a enfrentarte a algún atragantamiento. Este tipo de situaciones, aunque muchos no lo crean, son bastante comunes, sobre todo cuando se trata de personas mayores o de niños, ya que no tienen la misma capacidad que otra persona a la hora de masticar los alimentos.
Un atragantamiento puede causarnos un susto muy importante, ya que la persona que lo sufre puede tener complicaciones graves en su salud, llegando incluso a causar la muerte. Según afirman desde Cruz Roja Española, “si no llega el oxígeno hasta nuestro cerebro en 4 minutos se puede producir daño cerebral o incluso la muerte”.
Es por ello por lo que debemos saber cómo actuar ante ellos. Según ha informado en una entrevista a Infosalus el médico del Plan de Salud de Cruz Roja, Juan Jesús Hernández, en primer lugar, hay que animar a que la persona tosa por sí misma, que saque el aire de forma frecuente para tratar de expulsar el trozo o el objeto extraño con el que se ha atragantado.
Asimismo, insiste en que “no hay mejor tratamiento que toser. Hay un momento que si la obstrucción es completa y no se puede toser es cuando está indicada la maniobra de Heimlich, pero solo se debe proceder a ella en el caso en el que tenga lugar esa dificultad para que la persona tosa”.
¿En qué consiste la maniobra Heimlich?
Cuando ocurre un atragantamiento, en muchas ocasiones nos vemos obligados a recurrir a la maniobra Heimlich, una serie de compresiones abdominales justo debajo del diafragma. El objetivo de esta maniobra es auxiliar en caso de que se provoque una asfixia, ya que puede haber consecuencias en los pulmones y el cerebro.
Según Cruz Roja Española, así se lleva a cabo la maniobra:
- Rodea con tus manos la cintura de la persona y coloca un puño apretado por encima del ombligo y debajo de la caja torácica. Sujeta el puño con la otra mano y tira del puño apretado con un movimiento seco y directo hacia atrás y hacia arriba.
- Se debe continuar de forma ininterrumpida hasta que la obstrucción se alivia. En todo caso, es necesario llamar a un profesional que evalúe la situación.
Gracias a estas maniobras podemos aumentar la presión en el abdomen y conseguir que el aire salga de forma violenta, lo que empuja al objetivo que está obstruyendo la boca hacia fuera.
Casos especiales a la hora de tratar un atragantamiento
Por normal general, estas son las pautas que debemos seguir a la hora de enfrentarnos a un atragantamiento. Lo primero, procurar que la persona tosa por sí misma, y, en segundo lugar, recurrir a la maniobra Heimlich.
Sin embargo, existen casos más especiales, por ejemplo, cuando una persona es voluminosa, una mujer embarazada, un niño pequeño o una persona mayor. En los dos primeros casos debemos tumbar a la persona en el suelo y hacer las comprensiones boca arriba y con la cabeza ladeada.
En el caso de un atragantamiento en un niño pequeño, debemos colocarle boca abajo y darle golpes entre las dos escápulas de la espalda.
Si la persona llega a perder el conocimiento debido al tiempo de la obstrucción, es necesario pasar al plan B: reanimación cardiopulmonar, ya que podría ser un infarto.
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