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Ya está sobre la mesa la primera iniciativa para modernizar la legislación de la UE sobre baterías para vehículos. Ha sido presentada por la Comisión Europea, con la propuesta de que a partir del 1 de julio de 2024, solo se vendan baterías de vehículos eléctricos e industriales recargables que cuenten con una declaración de huella de carbono.
Economía circular con baterías sostenibles
La fabricación de nuevas baterías se enmarca en el Plan de Acción para la Economía Circular y persigue que estos soportes sean más sostenibles a lo largo de todo su ciclo de vida, para contribuir así a alcanzar el objetivo de contaminación cero, firmado en el Pacto Verde Europeo.
Según adelanta Servimedia, esta propuesta aborda las cuestiones sociales, económicas y medioambientales con las que cohabitan todos los tipos de baterías.
La apuesta de la UE por la sostenibilidad
La Comisión de la UE trabaja para que las baterías comercializadas en nuestro continente tengan garantía de sostenibilidad, al tiempo que permitan un alto rendimiento y sean seguras a lo largo de todo su ciclo de vida.
Su proceso, de principio a fin, debe tener un mínimo impacto medioambiental, para ello, desde la UE se exige utilizar materiales obtenidos con pleno respeto de los Derechos Humanos y de las normas sociales y ecológicas.
Las baterías deben ser duraderas y seguras y al final de su vida útil, deben reutilizarse, remanufacturarse o reciclarse, de forma que los materiales valiosos se reincorporen a la economía.
Requisitos de la UE
La actual propuesta engloba una serie de pautas de obligado cumplimiento en la producción de las batería industriales, de automóviles, de vehículos eléctricos y portátiles, que sean comercializadas en el mercado de la UE.
Hacemos referencia a requisitos tales como: el uso de materiales de origen responsable, con un empleo restringido de sustancias peligrosas, el contenido mínimo de materiales reciclados, la huella de carbono, el rendimiento, la durabilidad y el etiquetado, así como el cumplimiento de los objetivos de recogida y reciclado, son esenciales para desarrollar una industria de baterías más sostenible y competitiva en toda Europa y en todo el mundo.
¿Qué pasará a partir del 1 de julio de 2024 en Europa?
La Comisión propone que se mantengan las restricciones existentes aplicables a las baterías, y en particular en relación con el mercurio y el cadmio.
Desde el 1 de julio de 2024, las baterías recargables de vehículos industriales y eléctricos con almacenamiento interno que se hayan introducido en el mercado de la UE, tendrán que contar con una declaración de huella de carbono.
También, desde el 1 de enero de 2026, deberán llevar una etiqueta de clase de rendimiento de intensidad de carbono. Y a partir del 1 de julio de 2027, deberán cumplir los umbrales máximos de huella de carbono.
Por otra parte, las de tipo industrial y de vehículos eléctricos con almacenamiento interno tendrán que declarar su contenido de cobalto, plomo, litio y níquel reciclados desde el 1 de enero de 2027.
Finalmente, el calendario de la Comisión prevé que a partir del 1 de enero de 2030, deberán contener niveles mínimos de contenido reciclado: el 85 % de plomo, un 12 % de cobalto, un 4 % de níquel y un 4 % de litio.
Recogida y reciclado de baterías portátiles
Sobre el rendimiento y la durabilidad de estos soportes, la propuesta contempla la formulación de requisitos mínimos para las baterías portátiles de uso general (recargables y no recargables) a más tardar el 1 de enero de 2026, así como para las baterías industriales recargables.
Para mejorar la recogida y el reciclado de baterías portátiles, el porcentaje actual de recogida, equivalente al 45 %, debería ascender al 65 % en 2025 y al 70 % en 2030. Otras baterías: las industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos, deberán recogerse íntegramente.
Una segunda vida para estos componentes
El reglamento propuesto desde la UE, establece un marco que facilitará la reutilización de estos soportes, que dan energía a los vehículos eléctricos, así tendrán una segunda vida, por ejemplo, como sistemas fijos de almacenamiento de energía, también como parte de la red eléctrica como recurso energético.
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