Telefónica sigue apostando por la Economía Circular

Telefónica cuenta con un volumen de compras de más de 25.200 millones de euros al año. Esto ha dado lugar a que la compañía se percate de que puede hacer mucho más por el planeta mientras que desempeña su labor.

Cada día eligen productos que contengan un menor impacto ambiental, y además, piden a sus proveedores respeto por el entorno y la naturaleza.

Además, desde la compañía son conscientes de que somos una sociedad que tiene cada vez más en cuenta cómo se comportan las compañías a las que compran con el medio ambiente y la sostenibilidad.

Hoy en día, hay una parte más creciente de la sociedad que busca pagar más por marcas que promuevan el impacto ambiental o social positivo.

El 81% de los consumidores mundiales consideran que las empresas deben mejorar en su salvaguarda del medio ambiente y el 43% de los consumidores mundiales sacrificarían la marca por productos amigables con el entorno.

Para Telefónica el diseño, la energía, el reciclaje y la reutilización son claves

Gracias al ecodiseño, Telefónica crea productos sostenibles, como el Router Smar Wifi, que contiene menos plásticos, metales y otros materiales que un aparato convencional.

Este aparato pesa un 40% menos, lo que ayuda a reducir el consumo de materias primas, las emisiones de carbono en su fabricación y usa un 30% menos de energía, cosa que contribuye al emitir menos CO2 durante el funcionamiento del aparato.

Lo mismo ocurre con la Half SIM Card, fabricada con la mitad de plástico y supone una mejora en la eficiencia del proceso logístico por la reducción del volumen de los contenedores que se usan para transportarlas y almacenarlas.

Por otro lado, Telefónica contribuye con la Economía Circular con sus acuerdos de compra de energía renovable a largo plazo. Y además, cabe destacar que 99 millones de clientes de la compañía utilizan facturas sin papel, lo que evita la tala de unos 73.000 árboles.

El problema de la basura electrónica

Las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones son un sector que genera una basura electrónica de 50 millones de toneladas al año, cantidad de la que un triste 20% se recicla. Así lo reflejan los datos de las Naciones Unidas.

Telefónica, entre cables, tuberías, papel, cartón, baterías, routers, teléfonos de clientes, genera 41.717 toneladas de residuos. Pero la mayor parte son reciclados.

El reto ahora se centra en poder reutilizar más y vender para obtener ingresos que ayuden a mitigar la huella medioambiental. Para esto, la compañía cuenta con la plataforma digital GReTel, que está centrada en la gestión de residuos y facilita la trazabilidad completa de equipos generados en todos los países y contribuye a la consecución global de la economía circular.

Creando conciencia y reciclando

La compañía trata de prolongar la existencia de los dispositivos, reutilizándolos siempre que sea posible. Cada año recoge más de 3 millones de equipos electrónicos en España que son entregados a sus clientes para darles una segunda oportunidad.

Se consiguen reutilizar casi la mitad, pero en caso de que no sea posible, se destinan al reciclaje el 54% que resta.

Telefónica reutiliza en un año más de 1,4 millones de routers y decodificadores, y gracias a ello evita la emisión de más de 1.300 tCO2, el equivalente a la energía que consumen 143 casas.

El proceso de reutilización o reciclaje de terminales se realiza en cuatro fases:

• Recogida de los dispositivos en las tiendas de Telefónica (teléfonos, routers y decodificadores antiguos) o posibilidad de que un técnico lo recoja a domicilio.
• Paso por el taller de reacondicionamiento, para determinar cuáles de ellos pueden tener una segunda vida en función de su estado, los materiales que contienen y su antigüedad.
• Borrado de datos, reparación e higienización de los equipos recuperables que pasan a ser reutilizados para evitar la fabricación de productos nuevos, ya sea como dispositivos de segunda mano o dentro de la red de Telefónica.
• Los dispositivos que no pueden ser recuperados se envían para ser reciclados con un gestor autorizado, que aplica el mejor tratamiento disponible en función del tipo de dispositivo, y así contribuye a la reducción del consumo de materias primas y recursos.